ASI SE FUNDE EL PUEBLO – Capítulo II. La fiesta interminable en el Concejo Deliberante
En esta segunda entrega de los sueldos, bonificaciones, horas extras y premios por amistad, La Opinión presenta los gastos en personal del Concejo Deliberante, más allá de las dietas. Los “méritos” de los empleados, los “becados” por amistad política y las asimetrías existentes. Además, un nuevo capítulo del reparto de horas extras y una confesión en off the record en el gabinete respecto de lo que llaman “reconocimiento” de tareas. La respuesta de Guacone a la tapa de este semanario fue en Baradero.
La publicación del costo total de los sueldos del intendente y sus funcionarios políticos, mas la descripción de los primeros casos paradigmáticos de premiados por amistad política causó un verdadero escándalo en una comunidad que asiste impávida al despilfarro de los fondos públicos en pos de mantener una masa de alrededor de 1.000 empleados que no sólo cobran lo que por ley les corresponde sino que logran, merced a su cercanía con el poder de turno, bonificaciones, adicionales y horas extras que aumentan su bolsillo, trabajen o no para ello.
Si la semana pasada el informe puso la lupa sobre el Ejecutivo, este capítulo está dedicado al Concejo Deliberante, cuyo presupuesto se constituye con la suma de las 18 dietas más el 50 por ciento, que no sólo está destinado a pagar los gastos de funcionamiento sino también premios, adicionales y bonificaciones varias que hacen aún más pesado el elefante del costo laboral municipal.
La dieta pura –que resulta de multiplicar por 3,5 veces, el máximo posible, un sueldo básico de un municipal de 40 horas– asciende a 17.944,27. Los concejales que no tienen más antigüedad que la de haber sido electos para ese cargo en 2011 tienen un bruto de 18.222,80. Son la mayoría.
Los de mayor antigüedad superan los 20 mil pesos. Barbieri y Atrip son los de mayor monto, con más de 23 mil. Rosa y Mari también superan el costo para la sociedad en el orden de los 20 mil. El presidente del Concejo Deliberante computó desde enero más puntos de antigüedad que en diciembre, cuando tenía 9 años al 3 por ciento (4.845 pesos) y 12 al 1 por ciento (poco más de 1.600 pesos)
En el HCD también están presentes los acuerdos políticos que permiten el premio a una trayectoria militante o la beca para una incipiente carrera en la que se ve el futuro. La UCR y el PJ, principales partidos de la ciudad y el país, han acordado en múltiples oportunidades el reparto de cargos. No sólo la presidencia del cuerpo, los secretarios legislativos y las titularidades de comisión. También las vacantes disponibles.
El centenario partido ubicó a una de sus principales promesas del futuro cuando tuvo al frente del HCD a Martín Pando. El empleado en cuestión estudia abogacía y hace sus primeros palotes en cuestiones relacionadas con el Derecho desde su labor en el Concejo. Su básico, sobre 44 horas, es de alrededor de 4.600 pesos. Su bruto –al menos no le “dibujaron” bonificaciones– asciende a 6.210.
Antes de irse a la Cámara de Diputados, Daniel Monfasani dejó dos becados. Uno de ellos, con toda serenidad, va a tomar mates en horas de nula actividad y embolsa un bruto de 6.215 pesos.
El otro ya es demasiado. Un conocido hombre de la política pasó de secretario del bloque monfasanista a secretario del bloque monfasanista. Sí, como leyó, el mismo cargo, pero con una diferencia: ahora es empleado de planta permanente, tiene un básico de 7.061,20; bonificación por funciones por 5.648,96; bonificación por título; le computan antigüedad anterior al año 1995, que paga el 3 por ciento; y cobra un adicional por mérito de 2.118,36. Su bruto es de 18.969,76. Una verdadera jubilación de privilegio tras años de peronismo acomodaticio.
En el Concejo Deliberante hay de todo. Como profesionales mensualizados con 40 horas que cobran alrededor de 6.500 pesos por una tarea de servicio a la comunidad de vital importancia, que conviven con personal de servicio que cobra prácticamente lo mismo.
Personal técnico cobra 2.082 pesos de adicional por mérito y otros 2.000 pesos por “jornada extralaboral”. Lo más extraño es que además reciba una bonificación por “dedicación exclusiva” de más de 1.600 pesos. Su básico es de 5.605,91 pero el bruto llega a 13.800.
Conocer todos los secretos del Concejo Deliberante tiene sus ventajas. Si saber es poder, he aquí todo un caso. Para evitar cualquier riesgo, ningún presidente del HCD se animó a tocar el sueldo de una persona con cargo de Jefatura de Departamento, que tiene un salario bruto de casi 23 mil pesos. Su básico es de poco más de 7 mil, pero sus bonificaciones son cuantiosas: cobra un 60 por ciento por “funciones y gastos de representación”, que equivale a 4.236,72; por títulos, 2.567,45; y sus méritos deben ser muy relevantes, ya que por ello tiene un adicional de 4.236,72.
El concepto de “adicional por mérito” está en boga dentro del Concejo Deliberante. 2.670 pesos cobra una de las empleadas, ya que percibe un 50 por ciento por sobre su salario de 5.341. De bruto, supera en total los 12.300.
Confesión de parte
Un funcionario del Gobierno que tiene en la mira la revisión total de las bonificaciones confesó a La Opinión, en absoluto off the record, que las bonificaciones son “un mal generalizado” en el Municipio. Hombre del Ejecutivo, consultado sobre la situación en el Concejo Deliberante, aseguró: “Todos tienen sus acuerdos, difíciles de desarmar”.
En Economía y Asesoría Letrada analizan y discuten el asunto. El debate es por si hay o no derechos adquiridos en determinadas bonificaciones, como la de conducción, que se otorga a aquel empleado que conduce un vehículo, pero que le queda de todas maneras si es trasladado a un área donde ya no maneja.
A pesar de que Raúl Cheyllada se esforzó en explicar que cuando se analizan las horas extras no hay que “mirar un número” sino que hay que ver qué hay “adentro del número” para evitar “caer en juicios de valor incorrectos”, en el propio Gobierno que integra sostienen desde hace varios años que ahí hay un problema.
“Si analizamos persona por persona y vemos cada caso, no podemos circunscribir el análisis a decir que bajamos las horas extras en un 70 por ciento porque sería una irresponsabilidad”, dijo Cheyllada. Hombres que trabajan con él codo a codo son capaces de reconocer que el escalafonamiento proyectado viene a poner en caja esa problemática.
Lo dicen sin tapujos, aunque quizás nunca lo reconozcan públicamente: “A veces no dan los números para reconocer las tareas, por eso las horas extras y las bonificaciones, que están en función del reconocimiento de ciertas funciones”, aseguraron.
Como si fuera poco y para abundar en complicaciones, regalos y premios varios, desde los trabajadores también suele haber algunos abusos, como por ejemplo la “bonificación por riesgo” que solicitaron desde Inspección por estar “expuestos a situaciones de riesgo”, como las que sufrió Carlos Rodríguez la semana pasada, cuando un infractor de tránsito lo golpeó durante un operativo.
Sobre el tema no habló el Intendente Pablo Guacone. Toda su referencia fue en Baradero y para cuestionar la tarea de La Opinión, que en esta edición reproduce el documento que da cuentas de la veracidad de la información vertida (ver página 2).
Algo más del show
de horas extras
Contar con tanta información para procesar es difícil. Son tantos los casos de horas extras que no podrían ser cumplidas, que nombrarlos a todos implicaría no sólo varios capítulos sino hasta muchas páginas en cada uno.
Si la semana pasada fueron publicados algunos casos paradigmáticos, estos que siguen no tienen nada que envididar.
Ser chofer de combi y andar en moto paga bien: 117 horas extras que suman 5.315 pesos ayudan al bruto de más de 7.000 de un empleado que supo pasear en los móviles de Inspección.
Otros de Inspección –acaso ex–, de esos a los que la Justicia tuvo y podría seguir teniendo en la mira, a pesar de que fueron suspendidos, imputados en causas o separados de su labor para evitar males mayores también se ven beneficiados. Dos de ellos, nombres clásicos si los hay, percibieron en noviembre uno 3.254 pesos por 88 horas extras y el otro 3.000, por 64. Menos mal que no están activos, si no quién sabe de cuánto sería el regalo.
Si se es empleado municipal, de una localidad alguna vez duraznera, trabajador del Hospital, excandidato a concejal y alguna vez su nombre apareció entre los favorecidos por un subsidio del Gobierno nacional, también se puede hacer horas extras: pueden ser unas 118 por 4.481 para engrosar el bruto nominal de 6.414,87.
Los casos, como se dijo, son muchos y los hay hasta de apellidos de sindicalistas, con 130 horas que entregan 5.264 pesos para sumar al bruto de 6.700. Los ejemplos abundan: 130 horas por 6.200; 115 por 7.648; 116 por 5.210; otras 116 por 5.000 pesos.
El costo político
Tal como la semana pasada hizo con el Ejecutivo, La Opinión publica el sueldo bruto de los ediles y cargos políticos del Concejo Deliberante. Los montos varían de acuerdo a la antigüedad de cada uno. Secretario y Subsecretario legislativo tienen un básico de personal jerárquico con 48 horas, mayor al de cualquier funcionario del Gobierno, cuyo régimen es de 40 horas. Lo que reciben de bolsillo resulta tras aplicar descuentos y deducciones.
Sandra Mari 21.704,36
Dalmy Butti 18.482,60
Juan Almada 19.167,63
Norberto Atrip 23.236,25
Martín Baraybar 18.222,80
Mario Barbieri 26.160,77
Nicolás Macchia 18.222,80
Mario Sánchez Negrete 18.222,80
Liliana Adrover 18.222,80
Iván Paz 17.944,27
Horacio Neyra 17.944,27
Ariel Ramanzni 17.944,27
Patricia Rocca 19.480,88
Américo Quintana 23.989,42
Elisa Ferraro 17.944,27
Sergio Rosa 20.729,52
Fabio Giovanettoni 18.222,80
Cecilia Vázquez 18.222,80
Matías Chaves* 18.793,85
Martín Pando* 15.835,29
*Por decisión del Presidente, dejaron de percibir bonificación por funciones
Los que faltaban
En la edición pasada, La Opinión publicó los sueldos de diciembre de los funcionarios del gabinete. Faltaban allí algunos que asumieron después. Son estos, siempre en bruto, es decir lo que cuestan a los sampedrinos: Secretaria De Desarrollo Humano Verónica Mosteiro: 36.011,95; Administrador del Hospital Marcos Mamberto: 20.229,83
Continuará…