Los montos de los sueldos de la interminable fiesta de bonificaciones y horas extras
“Para muestra basta un botón”, tituló La Opinión cuando tuvo acceso a un escandaloso recibo de horas extras. Ahora, presenta la primera entrega de todos los sueldos, todas las bonificaciones, todos los premios por amistad política y las horas extras regaladas que sostienen el inmenso gasto en personal del Municipio. Con funcionarios a la cabeza, ejemplos de dónde está “la redistribución del ingreso” para el Gobierno de Guacone.
Al fin, La Opinión accedió a los sueldos de todo el personal del Estado local. Desde funcionarios a obreros, pasando por médicos, empleados administrativos, personal profesional y técnico, hasta los pinches de siempre que poco hacen y mucho cobran. Aquí, la primera de varias entregas para reflexionar por qué todos los meses el Municipio queda 1,8 millones abajo.
Todos los empleados de la planta municipal perciben además de su básico, según categoría, 417 pesos por refrigerio y una bonificación no remunerativa de 731, más el presentismo de 200. Si tienen hijos, hay que sumar 110 más. Luego, cada uno tiene su suerte. Bonificaciones por título que van del 9,09 al 90,9 por ciento; bonificaciones por función y gastos de representación que no sólo cobran los funcionarios de la planta política, sino también otros que aparecen dentro de la escala del “personal jerárquico”, aunque sean jefes de división con un básico de 6 mil pesos, lo que con buena antigüedad les permite alcanzar hasta 18 mil pesos.
La antigüedad es un ítem importante a tener en cuenta. Sobre todo los que están beneficiados con la ley que obliga a pagarles el 3,5 desde 1995 hacia atrás, lo que en algunos casos puede implicar hasta más del 80 por ciento sobre el básico, en total.
Un empleado Jefe de Departamento, cuyo básico es de poco más de 7 mil pesos, puede alcanzar la cifra bruta de casi 16 mil, de los que, una vez hechos los descuentos legales, tendrá en el bolsillo alrededor de 13 mil.
Ser sindicalista tiene sus ventajas. Un Parsonal (sic)) técnico clase I, categoría 24, un básico de 7.061,20 que puede convertirse casi por arte de magia en 18.271. Tal vez haya otra cosa que no es “magia”, porque a ese número se llega con 2.471,42 de “premio por conducción” y 2.118,36 de “dedicación exclusiva”. Aunque se los vea manejar sus propios vehículos importados o cero kilómetro y dedicarse exclusivamente a la rosca cotidiana. Si a eso se suma el ingreso que debe redituar el propio sindicato, se puede definir que el bolsillo del gremialista tiene boca ancha.
En la jerga municipal se dice que hay lugares que son para el ostracismo político. “San Martín al fondo”, dicen entre risas los más “rosqueros”. Tal vez no sepan que cierto cargo de Subdirector con 48 horas paga un bruto de 27.472,05. El básico es poco más de 10 mil, pero más de 11 mil son de antigüedad. A ello hay que sumar el premio por político: bonificación por funciones del 50 por ciento, otros 5 mil.
No sólo hay que ser un hombre del partido, del grupo político o un “cuadro” militante para recibir una bonificación por funciones. Se puede ser Jefe de División y cobrar el 40 por ciento por ese ítem. Ríos de tinta color agua servida podrían escribirse sobre este buen empleado de más de 16 mil pesos, 10 mil por arriba de su básico.
Juan Jorge Kasta era funcionario. Mientras duró su romance con el poder –desde Barbieri a Guacone, hasta que lo voltearon “Las Divinas”– cobró su básico como jefe de departamento, más las académicas bonificaciones por título del 90,9 por ciento, su antigüedad, que es importante, y un 65 por ciento sobre el básico de “bonificación por funciones y gastos”, el regalo de los intendentes a la planta política. Créase o no, esa bonificación fijada por el Jefe Comunal sigue vigente. Por ello, el bruto de este expeso pesado del Municipio es de casi 26 mil pesos.
Exactamente lo mismo que con Kasta sucede con otro de los expulsados de las mieles del poder guaconista, Néstor “Yayi” Chaves, cuyo bruto asciende a más de 21.500 pesos, porque también le siguen pagando la bonificación por función, como si fuese un político activo del gabinete.
Hay ejemplos de asumida militancia radical, de los históricos que llevaron las banderas del partido y que hoy ya no disfrutan ni del saludo de sus correligionarios con poder, que sólo tienen su básico y su antigüedad para alcanzar alrededor de 7.000 pesos mensuales. Son los que en el family game de la vida municipal nunca pudieron superar el nivel de personal administrativo de categoría 17, oficial de quinta. Al menos superaron el “de cuarta”.
Otros cargan con el peso de la portación de apellido. Qué justo tener el mismo que el hombre más exitoso de las urnas en la historia local y no pasar nunca de ayudante de 2da, categoría 6, por no más de 6 mil pesos, mientras tanta fiesta sucede alrededor.
Bajo cuerda y en la calle pueden obtenerse buenos dividendos. Sobre todo si al compás rítmico puede un empleado de inspección tener un bruto de más de 8.000 pesos y ser beneficiado con horas extras -en enero 2014- de 11.427,60 por 56 al 50 por ciento y 136 al 100. Un total de 192 horitas en un mes. Aplicado, el hombre. Eso sí, no le alcanzó para el récord, quedó en tercer lugar.
La mayor cantidad de horas extras de enero se las llevó también un inspector. Quien manda en la calle debe estar bien pago, claro. Más si termina recibiendo improperios y hasta exponiéndose a las trompadas de los temibles infractores. Sus 8.850 pesos de bruto pueden parecer poco para tamaña responsabilidad y riesgo, pero premiarlo con una cantidad de horas extras que no podría cumplir ni aunque no durmiera en todo el mes: fueron 276. De ellas 143 al 50 por ciento y 133 al 100. Por el total, sumó 12.929,54. Es decir que se llevó alrededor de 22.000 pesos. Incluso más que funcionarios políticos de los que más trabajan en esta gestión.
En segundo lugar quedó un cumplidor de Desarrollo Humano, que “trabajó” 205 horas extras. Hizo 85 al 50 y 120 al 100, es decir en días no laborables. Se llevó por sus buenos oficios unos 9.297,75. Malevo como pocos, celebró aumentar su bruto de poco más de 6.400 pesos. Al ver el saldo de casi 16 mil, debe haber sonreído.
El amanecer de una carrera política puede ser la labor punteril, construida a los sopapos. Como hay que tenerlos a mano, lo mejor que pensaron fue poner, por ejemplo, a uno de ellos como “personal obrero” con 48 horas, categoría 11, auxiliar de 4ta. Su salario bruto es de 7.640,10. Como puede ser poco para solventar abogados que deban defenderlo por causas relacionadas con hurtos calamitosos -como robarse mercadería de un camión volcado-, pensaron en regalarle unas horas extras. Al menos en noviembre fueron 96. De ellas 32 al 50 por ciento y 64 al 100. En pesos, unos 5.086. Para alcanzar casi los 13 mil, por las dudas y por “puntero”.
Vivir en Río Tala y saber manejar puede ser redituable. Si la antigüedad ya alcanza a una persona que reúne esas características para tener un sueldo bruto de 9.304 pesos -gracias al premio por conducción, claro-, recibir un pago de 6.631,20 más en horas extras puede ser una bendición. Hay que trabajar bastante por sobre las 48 horas semanales. Por lo menos unas 116 más; 48 al 50 y 116 al 110. Porque los días no laborables son los más lindos para sumar al bolsillo.
Desde que lo ascendieron a Secretario de Salud, parece que Javier Sualdea no anduvo mucho por los barrios que circundan el Hospital, ya que le dijo a La Opinión que en su área sólo había “inversiones” en salarios. Como en el caso del trabajador que, oficial de 2da, categoría 20 con 48 horas, tiene un sueldo bruto de 9.165 pesos, y cobró 5.727 pesos por 100 horas extras hechas en noviembre.
Pángaro reconoció que se equivocó al apoyar a Guacone en 2011. Por ese apoyo, un hombre pasó de pregonero diario y quinielero clandestino a empleado ejemplar de 9.292,60 pesos de bruto por mes, por ser personal obrero, ayudante de 5ta, categoría, 3 con 48 horas, como casi todos.
Continuará…
El costo político
Esto le cuesta al pueblo de San Pedro el mantenimiento de la planta política del Gobierno. Son los sueldos en bruto de diciembre. No lo que se llevan al bolsillo, pero sí lo que el Estado local desembolsa mes a mes por ellos. Hay casos en los que los descuentos son importantes, como en el del Intendente, que cobra libres poco más de 56 mil pesos. Hay funcionarios a los que les descuentan mucho dinero como aporte al partido. Son los menos “políticos” y de los que más trabajan.
Pablo Guacone Intendente: 83.261,40
Javier Silva, Sec. de Gobierno*: 30.598,62
Raúl Cheyllada, Sec. de Producción***: 21.316,90
Fabián Bianchi, Sec. de Coordinación: 20.549,14
Hugo Días, Sec. de Obras Públicas: 32.971,83
Jorge Gil, Sec. de Economía*: 31.385,20
Javier Sualdea, Subsec. de Salud**: 30.402,57
José Macchia, Dir. de Asesoría Letrada: 25.760,92
Raúl Cuello, Dir. de Personal*: 23.974,75
Cecilia Berreta, Dir. de Tránsito: 15.917,77
Pablo Ojea, Dir. de Producción**: 18.422,46
José Luis Aguilar, Dir. de Cultura: 17.193,33
Juan Carlos Mariño, Dir. de Discapacidad: 20.485,65
Cristian Rial, Dir. de Rentas: 20.257,07
Carlos García, Dir. de Com. de Fomento: 15.137,10
Yoyi Villafuerte, Dir. de Turismo: 20.087,54
Gerardo Castón, Dir. de Deportes: 17.807,89
Angel Álvarez, Dir. de Servicios Públicos: 21.970,59
Gregorio Gutiérrez, Dir. de Obras: 15.723,01
Adolfo Benincasa, Dir. de Viviendas y Escuelas: 19.027,95
Roberto Borgo, Adm. del Hospital**: 20.774,77
Diego Macenet, Delegado de Río Tala: 17.656,52
Martín Rodríguez, Del. de Santa Lucía: 18.110,64
Luis Zapata, Del. de Gobernador Castro: 16.739,21
Adalberto Álvarez, Subdel. de Pueblo Doyle: 13.745,78
*Ya no es funcionario.
**Fue ascendido a Secretario. Cobra más.
*** Ahora es Secretario de Gobierno, aumentó el porcentaje de bonificación por funciones.