A cinco años del recordado regreso y a más de 28 desde que empezaron los ensayos en el barrio Obrero, la mítica banda La Mugre punk rock vuelve a los escenarios este viernes.

Con las entradas prácticamente agotadas, el concierto será a partir de las 21.30 en la sala Cuarta Pared, de Almafuerte e Independencia. La banda pionera de la importante escena under sampedrina de los 90 promete un show de alto voltaje.

Con Gustavo "22" Espíndola en la batería y el compositor, guitarrista y cantante Andrés "Nino" Corbalán al frente de esta nueva reunión del grupo, sumaron a la guitarrista Laura Moreyra y a Efraín Giambisi en el bajo.

El maestro de bateristas Esteban Salvá, que tocó la guitarra, cantó y compuso temas en los primeros años de la banda también estará presente para repasar canciones como Soy un nene, Acumulando bronca, Los políticos o Sólo miren.

La Mugre volverá a tocar en un escenario composiciones que convirtieron desde muy joven a Nino Corbalán en uno de los autores más influyentes del rock local, como Lucha por tus derechos, Ave Azul, El de Mí, A oscuras o el multiversionado La amargura y la verdad.

"Vamos a grabar audio y video en vivo para dejar testimonio de nuestra música y tal vez cerrar una etapa en la historia musical sampedrina", anunciaron desde la banda, que preparó merchandising especial para la fecha con llaveros, púas, calcos y hasta remeras que además de La Mugre dicen "Made in Barrio Obrero".

La Mugre punk rock nació en 1995 en la casa familiar de Turu Olmos, el bajista fundador y luego cantante, en el barrio Obrero. Por su formación pasaron varios músicos que siguieron en distintas agrupaciones en la escena local hasta hoy.

Entre bandas punk como La Polla Récords, Flema y 2 Minutos, con influencias rockeras como Héroes del Silencio, heavy metal como Hérmetica o fusión como Los Fabulosos Cadillacs, los integrantes de La Mugre aprendieron a tocar, a componer, a organizar shows y a crear una escena cuando prácticamente no había nada.

La sala del fondo de la casa de calle Ruffa al 200 se convirtió en un espacio obligado para los rockeros de San Pedro, que llegaban a presenciar ensayos, a escuchar nueva música o a conocer músicos con los que luego compartirían proyectos artísticos.

Allí nacieron múltiples bandas y la mayoría de aquella época empezó ensayando ahí mismo o con los instrumentos y amplificadores de los miembros de La Mugre, cultores de la generosidad, la camaradería y la amistad entre músicos que sirvió de ejemplo para lo que siguió.