Tras una semana de trabajo ininterrumpido, el personal de la Armada argentina que llegó a San Pedro para colaborar en las tareas de adrizamiento del buque museo General Irigoyen logró el objetivo y el barco ya está en su posición original.

“Prácticamente está vacío, se obturaron las entradas de agua y se pudo adrizar el barco”, dijo a La Opinión el capitán de corbeta Federico Espinoza, a cargo del equipo que envió el Ministerio de Defensa para abordar la problemática, bajo el mando del comodoro Daniel Finardi.

“Si bien no está flotando porque no hay agua, está amarrado y asegurado, apoyado en un banco de arena”, explicó Espinoza. Las tareas de adrizamiento culminaron el domingo por la noche, cuando tras disponer rieles para amarras, máquinas municipales trajeron la nave hacia la costa y le devolvieron su posición original.

“Gracias a dios sigue de la misma manera y lo único que nos queda es esperar que vuelva el agua para que flote”, señaló Espinoza y confirmó que “no hay otros daños” además de las entradas de agua registradas, que ya fueron tapadas.

“Ahora hay que cuidarlo. Hoy en día está seguro”, aseguró el capitán de corbeta de la Armada argentina, cuyo personal este lunes se replegaba tras terminar con el trabajo encomendando.

El buque museo General Irigoyen escoró hacia estribor antes del fin de semana pasado producto de la pronunciada bajante del Paraná registrada en esos días. El personal de la Armada fue enviado por el Ministerio de Defensa tras la solicitud del Gobierno local para colaborar en el adrizamiento del barco.