Asesinato de Vallejos: cómo hicieron Ontivero, otro vecino y tres secuaces para matarlo
Los estudios revelan que a la víctima le asestaron un golpe letal en la cabeza. Pidió auxilio apenas escuchó a sus asesinos pero nadie pudo ayudarlo. La disputa por la propiedad que Ricardo Ontivero reclamaba fue el motivo. Una joven de 25 años, reclama la propiedad. El video del móvil de La Opinión.
‘Vamos a darle, vamos a darle’, se escuchó gritar cerca de las 19.15 en el acceso al terreno donde estaba la vivienda del hombre de 70 años que fue asesinado. La autopsia que le practicaron podría cerrificar que su muerte se produjo por un golpe letal en su cabeza y que terminó de desangrarse producto del corte que presentaba en el cuello.
Esa fue la primera línea que trazaron los médicos que observaron el cadáver porque había un hundimiento en la frente y sangre que bañaba el rostro completo.

Ricardo Ontivero y los cuatro contratados para desalojar el lugar atravesaron la puerta de chapa y fueron directo al objetivo. Ahí empezaron los gritos de pedido de auxilio. Eran desgarradores. De ahí en mas el silencio y la salida de los asesinos que dejaron tendido el cuerpo de Adolfo Vallejos en el umbral del amplio terreno en el que disputan posesión y propiedad con abogados de por medio.
Su historia es conocida por los vecinos, su salud estaba delicada y hasta la joven que junto a sus hijos lo acompañaban estaba ausente en el anochecer del sábado. Marilín Molina había viajado a San Nicolás y en su celular estaba los mensajes de Adolfo. En declaraciones al móvil de Sin Galera, la joven remarcó que conoce a Vallejos desde hace años y que se había construido una habitación en el terreno que él le había prometido dejarle como legado.

Según refieren los vecinos Vallejos había sido inquilino de Ontivero, la propiedad cursaba como otras que posee la familia, el trámite de una posesión y escrituración. En un momento dejó de pagar y comenzaron los problemas porque el presunto propietario supo que el hombre también había iniciado trámites para poder escriturar a su nombre.
Hubo amenazas reiteradas, algunas de ellas están en el celular de la victima que ya tiene en sus manos la fiscalía. Una hermana y una sobrina de Vallejos llegaron a lugar desde la zona de Pilar. El hombre no había tenido contacto con sus familiares durante muchos años pero últimamente paneaba reencontrarse con sus hijos en Canadá. Allí viven sus descendientes y era misión de la justicia encontrarlos para anoticiarlos sobre lo sucedido.

“Ese lugar estaba destinado para una placita hace años”, sostuvo una vecina que vive desde hace más de treinta años en la zona. Uno de los asesinos ocupa uno de los departamentitos que Ontivero construyó en el mismo predio. Son dos puertas contiguas y por allí ingresaron una vez perpetrado el hecho hasta que llegó la policía y la instructora judicial impartió la orden de dejarlos en calidad de detenidos.
Se trata de Carlos Martínez, el hombre de 62 años. “Un machete, una maza y dos cuchillos”, informa con precisión una fuente que los vio minutos antes de que ingresaran a la vivienda de Vallejos.

La cercanía del lugar con la nueva terminal, el barrio que los empresarios de capitales chinos prometieron costruir y el pavimento le otorgaron a toda la zona un valor inmobiliario inesperado. Y ese es el motivo de la disputa: hace un tiempo, Vallejos fue a la Municipalidad y advirtió que los trámites de los Ontivero no estaban concluídos y comenzó a tramitar la posesión. La noticia circuló y así aparecieron los interesados en impedirlo.
Un conocido abogado, con frondosa experiencia y contactos para detectar personas mayores con propiedades que no cuentan con toda su documentación estuvo acompañando estos trámites. Por ahora, aunque su nombre es muy conocido, la joven que pretende hacer valer sus derechos sobre ese cuarto de manzana sólo lo pronuncia como garante de las gestiones.
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