Asesinato de Vallejos: la propiedad que ocasionó la disputa fue cercada por la familia de Ontiveros
La familia del quien está acusado por el asesinato recuperó junto a su abogada el predio que reclama como propio. Ingresaron, colocaron un candado y comenzaron a limpiarlo.
Ricardo Ontiveros, detenido por el crimen de Adolfo Vallejos aguarda en prisión las definiciones judiciales que determinarán qué responsabilidad tuvo aquella trágica noche en la que con varios papeles en mano reclamaba ingresar a la propiedad que habitaba la víctima. Fue un crimen espeluznante.
Sobre el acceso al terreno que tenía la propiedad que alquilaba, estaba lo que quedaron restos de masa encefálica y la sangre que demostraba el “salvaje desalojo” que por la fuerza organizó el nieto de quien logró en el año 2007 iniciar los trámites para escriturar varias propiedades en el barrio que se dividieron entre distintos miembros de la familia.

Aquella noche, cuando las personas que vinieron munidas con un hacha, palos y otros objetos contundentes, Adolfo pidió auxilio apenas los vio, pero en minutos, la tarea de el o los asesinos había concluido. Al día siguiente, la presencia de una hermana reveló que no tenía contacto con su familia y que sus descendientes vivían en el exterior.
Nadie imaginaba que el motivo del cruento episodio era una vieja disputa por la propiedad lindera a los departamentos que Ontiveros renta a distintos inquilinos. Desde ese día y hasta el pasado jueves las versiones sobre el destino de la esquina de Gardel y Molina fueron varias. Desde una restitución para dejar allí una plaza como espacio libre de construcciones tal como lo exige la ordenanza de uso de suelo a la puesta en marcha de un merendero, parecían posibles.

Durante esa jornada, la abogada defensora de Ontiveros, llegó con al menos dos personas sumamente robustas que procedieron a romper la pared y colocar una puerta de acceso sobre calle Molina, cortaron el candado del acceso principal, colocaron un volquete y restituyeron a la familia de Ontiveros el terreno. Según informaron ese lugar es una “extensión” de la parcela en la que construyeron los departamentos que rentan.
No es la primera vez que La Opinión revela situaciones en las que a través de trámites de posesión o usucapión se logran escrituras que siempre deben ser para viviendas unifamiliares que por no contar con toda la documentación o los trámites sucesorios requieren de la acción del estado. Muy distinto es cuando estos trámites se realizan sobre terrenos o propiedades de alto valor inmueble o ubicación estratégica para ser luego parte de operaciones inmobiliarias e incluso importantes loteos.

En este caso, La Opinión ya informó sobre la historia documental de esa manzana: “Una escritura firmada en 1969 por el escribano Hugo Olivieri inscripta en el Registro de la Propiedad de La Plata y visada ante la División de Control de de Dominio de la Dirección General de Rentas un año más tarde señala que María Sartirana de Ontivero, José Casimiro Ontivero y Sartirana y Rosa María Ontivero Sartirana se distribuyeron la subdivisión de diez lotes en la manzana 479, propiedad de la familia, para inscribir dos, cuatro y cuatro, respectivamente”, decía el informe publicado a mediados de mayo.
En esa misma publicación se daba cuentas de un acto posterior que validó el 8 de octubre de 2007 la jueza de Paz Stella Maris Ruiz danto por acreditado que se adquiría el dominio por posesión veinteañal a favor de María Sartirana de Ontivero y que luego continuó su nieto, Ricardo Ontivero.
Cuando se consulta el mapa de catastro, claramente se observa que no se trata de toda esa superficie ni de las parcelas ahora cercadas y que la propiedad que por entonces se logró reclamar es la de calle Molina y no las parcelas que dan hacia Gardel.

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