Asesinato de Vallejos: un conflicto por un terreno que podría haberse dirimido en la Justicia
Adolfo Vallejos fue asesinado por Ricardo Ontivero junto a cuatro hombres que contrató para desalojarlo de la esquina de Molina y Gardel, en el barrio Villa Igoillo. Un fallo del año 2007 le había dado la razón a Ontiveros sobre la propiedad del lugar y su familia dijo que la víctima alquilaba pero había dejado de pagar. El crimen se cometió para resolver un conflicto que podría haberse dirimido por la vía judicial.
El sábado, antes de las 20.00, el barrio Villa Igoillo fue escenario de un asesinato. Ricardo Ontivero contrató a cuatro hombres para desalojar de un terreno a Adolfo Vallejos y la acción terminó en crimen, con los autores detenidos y a disposición de la Justicia.
Adolfo Vallejos residía en la esquina de Molina y Gardel en un vivienda montada dentro de un terreno que había alquilado a María Sartirana de Ontivero, la abuela de Ricardo Ontivero, hace alrededor de 9 años. Cuando ella se murió, dejó de pagar.
Vallejos y un conocido abogado de vasta experiencia y contactos para detectar personas mayores con propiedades que no cuentan con toda su documentación lo asistió para el intento de tramitar la posesión del lugar.
Ontivero se enteró. Marilín Molina, la joven que dice que le “compró” una fracció del terreno a Vallejos, aseguró que el asesinado había sido víctima de amenazas por parte de quien luego contrató a cuatro hombres para desalojarlo.

Semanas atrás, cuando la policía fue a ese predio a buscar a la pareja de Marilín, vinculado a un hecho delictivo, Ontivero habló con policías sobre la situación y le recomendaron que vaya a la Justicia. “Si tenés los papeles, no vas a tener problemas”, dicen que le refirieron. Sin embargo, no lo hizo.
La documentación existe. Un fallo firmado el 8 de octubre de 2007 por la entonces jueza de Paz Stella Maris Ruiz hizo luga a la “demanda por adquisición de dominio por posesión veinteañal” promovida en su momento por María Sartirana de Ontivero con el abogado Facundo Vellón como apoderado y que, como cesionario del litigio, continuó su nieto, Ricardo Ontivero.
Además, ese fallo ordena la inscripción del dominio a nombre de Ontivero. Pero el inmueble objeto de esa resolución judicial no es el que ocupaba Vallejos sino el de al lado, por calle Molina, donde Ontivero construyó dos departamentos, uno que habitaba él y otro que alquilaba.

Así se desprende de los planos disponibles en Carto Arba. El bien inmueble sobre el que reza el fallo de la jueza Ruiz de 2007 es el identificado catastralmente como Cirunscripción I, Sección K, Parcela 19 A. Mide 8,66 por 17,32 metros. El de la esquina, el del conflicto con Vallejos, es el 20, según el plano.
“Ese lugar estaba destinado para una placita hace años”, sostuvo una vecina que vive desde hace más de tres décadas en la zona. Como los vecinos dijeron que había otros inmuebles que cursaban támites de posesión y escrituración por parte de la familia Ontivero, ofrecieron documentación a La Opinión.
Una escritura firmada en 1969 por el escribano Hugo Olivieri inscripta en el Registro de la Propiedad de La Plata y visada ante la División de Control de de Dominio de la Dirección General de Rentas un año más tarde señala que María Sartirana de Ontivero, José Casimiro Ontivero y Sartirana y Rosa María Ontivero Sartirana se distribuyeron la subdivisión de diez lotes en la manzana 479, propiedad de la familia, para inscribir dos, cuatro y cuatro, respectivamente.
Son los inmuebles designados catastralmente como Circunscripción I, Sección K, Manzan 479 (la de enfrente del terreno en conflicto que derivó en el crimen de Vallejos), parcelas 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30 y 31.
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