Así está la escuela donde funcionó AFES, la organización para pacientes de salud mental que buscan reactivar
El edificio fue desafectado del servicio educativo porque ya no tenía actividad y se convirtió en la sede de la organización que fundó Chocho Rodríguez tras el fallecimiento de su hijo Claudio, paciente con problemas de salud mental. Un móvil de La Opinión & Sin Galera lo recorrió este sábado, luego de que un grupo de profesionales y familiares de pacientes decidieran impulsar la reactivación de aquella asociación.
La escuela del paraje Las Flores que alguna vez fue escenario de la educación de chicos y chicas de la zona rural y que a fines de los 90, principios de los 2000 cobró nueva vida como sede de la Asociación de Familiares de Enfermos Síquicos (AFES) hoy está abandonada.
Semanas atrás, un grupo de profesionales de la salud mental y familiares de pacientes que padecen ese tipo de problemáticas anunciaron en Sin Galera sus intenciones de reactivar la organización que fundó Chochó Rodríguez luego de que su hijo Claudio falleciera tras permanecer internado en diversos centros que mucho no colaboraron con su situación.
Aquel sueño de Rodríguez de que existiera un sitio de contención para pacientes con problemas de salud mental, que había comenzado con ímpetu y que tuvo en ese edificio su sede hoy ya no existe y en la escuela del paraje Las Flores todo es desolación.

Un móvil de La Opinión & Sin Galera recorrió la escuela este sábado. El edificio está en pie, las aberturas existen, los baños acondicionados a nuevo en los años 2000 todavía están en buen estado y el techo está completo.
Pareciera que sólo falta la fuerza de voluntad que tuvieron aquellos que a comienzos del siglo XXI se pusieron esa gesta al hombro y convirtieron eso que hoy es todo abandono en un espacio de contención y desarrollo para quienes tienen padecimientos relacionados con la salud mental.
Pastos altos, árboles que se meten por las ventanas sin vidrios, esqueletos de sillas, algunas puertas en el piso y un total abandono es lo que se ve en la escuela del paraje Las Flores, una zona donde hay electricidad y hay muy buena señal para las comunicaciones telefónicas.
Aunque la comisión directiva de AFES se desarmó y ya nada queda de la organización, el policía retirado Héctor “Bocha” Marmo, uno de los que participó en la fundación de la organización, contó que ese inmueble fue escriturado a nombre de la asociación.
Las tierras habían sido donadas por la familia Gallina, propietarios de los campos de la zona, para la creación de esa escuela y estaban afectadas a ese destino. Cuando cesó la actividad educativa, hubo que tramitar en la Legislatura la desafectación y el traspaso a AFES, una tarea en la que se involucró el exdiputado Eduardo Polimante.
A comienzos de la década del 2000, lo voluntarios que reacondicionaron el edificio trabajaban “desde la mañana hasta la noche”, contó el arquitecto Santiago Barceló, que diseñó el ala nueva, ubicada detrás, la que se construyó gracias a donaciones de empresas y vecinos que colaboraron.
Aquella gesta fue emprendida desde el dolor de un padre que perdió a su hijo tras verlo atravesar estancias en instituciones donde el maltrato era moneda corriente y con el objetivo de que los pacientes con problemáticas de salud mental tuvieran un lugar cerca de casa para desarrollar procesos de reinserción.
AFES y la escuela del paraje Las Flores tienen ahora ciertas similitudes: ambas están abandonadas y el tiempo parece haberlas derruido. Sin embargo, ambas tienen los cimientos fuertes y están en condiciones de ser recuperadas. A una semana del Día Mundial de la Salud Mental, valía la pena tener presente que el sueño de Claudio “Chocho” Rodríguez puede volver a hacerse realidad.
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