¿Lo sabrán ellos…? Carta anónima para sus pares y superiores, héroes por definición. En relación a las Vísperas de Aniversarios de Oro: 9 de Agosto de 1959-2009
Hoy ingresamos en aquel recinto y los vimos actuar por primera vez…
Hoy comprendí lo que es intentar ayudar al otro, al estar con mis compañeros. Nunca sabré quien/es eran. Ingresar en ese recinto oscuro y ver a los que llamo mis “hermanos mayores” y pasar por mi cabeza la teoría, la práctica, caminar y verlos colgados tratando de apagar el fuego, el infierno que ya pasó. Pasar por ese chorro de agua de bautismo, empapado de tanto ejemplo de vida que ellos procuran, y romperme la cabeza preguntándome el por qué lo hacen, ¿por qué arriesgarán su vida? ¿Por qué se expondrán a respirar ese tremendo humo?, ¿por qué no alejarse a ese peligro en vez de correr como lo hacen siempre directo a su centro?
Saben de riesgos de vida, y sin embargo son los primeros en ayudar al otro cuando es necesario ¿Y lo sabrá la comunidad, la humanidad?. En realidad creo que su vida ya no es más su vida, es la vida del otro lo que les importa, más que la suya, ¿Lo sabrán realmente?
Le pido a Dios que me de valor para cuando claudique. Le pido que me de lo mismo que a ellos para poder imitarlos y seguirlos en su ejemplo, ya que esto, es tan importante como la teoría, la práctica o incluso la experiencia, ya que el ejemplo, como muchos otros saberes colaterales que no se pueden enseñar, (se llevan dentro del alma) son tan importantes porque perduran más en el tiempo y así permanecen en nuestras memorias, y será lo que transmitamos al otro cuando a nosotros nos toque hacerlo.
Hoy ingresé es esos recintos oscuros, y lo primero que recuerdo es no poder respirar, paradójicamente la puerta está abierta y cada paso retumba, no se escucha bien, y una ola de calor invisible invade mis pulmones. Ya no hay fuego, no. El humo se te impregna hasta en el alma, todo huele a humo, todo sabe a humo, aun ahora a varias horas de ese momento trago con ardor…Lo segundo que vi, fue paradójicamente dejar de ver, mis gafas, se empañaron por la condensación de la humedad ambiente en mis cristales fríos (“novato, me dije a mi mismo”, mientras me los sacaba y escuchaba atentamente a mi superior que ya sabía antes que yo, que eso sucedería y en vos firme y segura me ordenaba colocarlos en un bolsillo de mi estructural, como si hubiera practicado 100 veces esa frase… me sentí bajo un ala de protección…). Recuerdo sonrisas al ver llegar a “sus aspirantes”…, ¿Sabrán ellos de nuestra profunda admiración?, ¿sabrán el respeto y ejemplo de vida que infunden a sus aspirantes, y a la sociedad? ¿Sabrán que la primera academia que realizamos al sonar aquel timbre interno (hoy sonido familiar) todos nosotros los escuchábamos y mirábamos de reojo con piel de gallina mientras ellos salían a otro infierno convencidos y como siempre decididos profundamente a transformarlo en cielo?
¿Sabrán de que aquella sirena (para ellos son miles ya) al recordar a las caídas heroínas Baraderenses, provocó que a muchos de nosotros, los ojos se les nublaran por dolor de lo acontecido y por sentir un tremendo orgullo que rompía el corazón por estar a la sombra de nuestros superiores, a su protección, bajo sus alas, bajo su forma de vida?
¿Sabrán ellos que cuando una luz proyecta la sombra de un bombero a veces, puede verse el contorno de sus alas?
¿Sabrán ellos que cuando estuvimos a su lado, en aquella casita modesta de paredes ennegrecidas por el hollín, sentimos estando a su lado un ahogante orgullo y no era por el humo? ¿Realmente lo sabrán?
Absoluto respeto por ellos, son un ejemplo de vida, sólo el que vive esos infiernos que ellos tratan de transformar día a día en cielo, saben de que están hechos, parecen de carne y hueso pero irradian tanta, tanta luz que enceguece, y creo que ellos de tantas noches frías y lluviosas o sofocantes veranos, amaneceres, feriados y domingos lo han olvidado.
Infinito orgullo de estar bajo sus alas.
Que no hay ejemplo más loable en el mundo que aquel que arriesga su vida por el otro.
Que no hay ejemplo más loable en el mundo que aquel que enseña esos saberes a quienes están bajo sus alas…
Aspirante a bombero voluntario, Autor Anónimo.
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