Buque Museo ARA Irigoyen: a 14 años de amarrar en aguas sampedrinas lo vence más el descuido que la guerra
El 27 de mayo se cumplieron 14 años de la inauguración del buque museo entregado en guarda por la Armada Argentina al Municipio. Es el único en el país y no ha sido muy cuidado por los sampedrinos.
Alrededor de quince años atrás, el por entonces intendente Pablo Guacone junto al director de Cultura, José Luis Aguilar, y el de Turismo, Fabián Bianchi, se reunieron en el Edificio Libertad con el Almirante Carlos Castro Madero y con Rodolfo Neuss, representantes de la Armada Argentina para acordar la cesión de una de las naves de la flota nacional que tuvo participación en el teatro de operaciones de la Guerra de Malvinas.
El antiguo buque ya había operado en la Segunda Guerra Mundial y tras el paso de los años y las aguas del mar, la propuesta fue darle un lugar en las costas sampedrinas para mostrar con orgullo sus salas, su equipamiento y su historia.
Con entusiasmo y un proyecto en mente, San Pedro se convirtió de esta manera en el primer municipio que tendría a su cargo un Buque Museo. Y así ocurrió, después de intenso trabajo el 27 de mayo de 2010 a las 15.00. cuando todo fue una fiesta y estaba a cargo del área, José Luis Aguilar.
Las autoridades de la Armada cedieron videos institucionales destinados para la Sala de Audiovisuales que funcionó en el buque. Podía apreciarse en una recorrida todo el instrumental de bronce, las salas, las fotos, las historias de este “Aviso” que pudo sobrevivir a dos guerras pero no al descuido y abandono de una comunidad.
La atracción turística única en el país por sus características se convirtió en lugar obligado de visita de sampedrinos y turistas pero el descuido y la falta de mantenimiento se hicieron notar con el paso del tiempo.
Varias veces escorado por la bajante del Paraná, salió nuevamente a flote con ayuda de personal especializado de la Armada. Saqueado en su interior y exterior, autores ignorados y no tanto, se llevaron cuanto elemento de bronce hallaron a su paso.
Fue escenario de presentaciones artísticas, fiestas aniversario y hasta un homenaje a su tripulación del año 82, organizada por el municipio que trajo reproches por algunos olvidos.
También vale recordar la complicada situación con los tickets de entrada duplicados y hasta una explosión en sus bodegas.
Catorce años después de su llegada, la nave luce con equipos faltantes que dejan al desnudo los huecos que ocuparon y que marcan cierta vergüenza por no haber sido capaces de preservar tan enorme legado de nuestra historia.
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