A quien corresponda, porque a esta altura no sé quien debería hacerse cargo de la cantidad y profundidad de los pozos en todas y cada una de las calles que se les dice mejoradas. Uno sale y no sabe si volverá entero o con una pierna quebrada. Las veredas son un mar de pozos y las calles son un peligro latente para todos los que se atreven a salir. Y todavía le llamamos “ciudad turismo”, no tenemos vergüenza de presentarle al turista una ciudad cuyas calles, llenas de pozos, son peor cuando se llenan de agua, agua que salpica hasta las puertas de las casas.
Pagamos impuestos altísimos para que nada se arregle. Sólo lo rellenan con brea, y a eso le llaman calle. ¿Quién se hace cargo de esto? ¿Lo tendrán en cuenta cuando una madre ruede con su hijo por la calle no con la moto, sino por haber pisado mal?
Hagamos las cosas bien de una vez por todas y terminemos con los remiendos. Que sirva para algo lo que el pueblo paga de impuestos. No sólo para llenar los bolsillos de unos acomodados.
Otilia Rodríguez, LC: 209.044.
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