Cambio de hábitos: las marcas más elegidas cuando el bolsillo aprieta
Primeras o segundas marcas en la provista diaria, semanal o mensual de alimentos disputan entre calidad y cantidad para que la suma al llegar a la caja haga rendir la billetera.
Siempre ha sucedido que ante los aumentos de precios de la canasta básica de alimentos, lo primero que se suprimen son los “gustitos” o los “lujos”, sobre todo si en la familia hay niños o más aún si hay jubilados.
Recorriendo las góndolas de cualquier supermercado o almacén local lo primero que se nota es la merma en la variedad. Se ven pocas unidades de productos de elite y comienzan a aparecer segundas y terceras marcas de una misma empresa, a menor costo, y el vecino resigna calidad para mejorar su billetera.
Sin haber desaparecido de la escena y echando un simple vistazo sobre el sector de los lácteos, vemos, por ejemplo, la leche en sachet La Serenísima ofrece sus ofertas en cabecera de góndola, pero la elegida en el momento de cargar el changuito es La Armonía que cuesta unos cuantos centavos menos. Siempre hay que prestar atención a la fecha de vencimiento cuando las ofertas son muy tentadoras.
Lo mismo ocurre con el yogurt. El famoso Dahí en frasco de vidrio nunca fue de los más económicos, pero comparando precio , calidad y la posibilidad de quedarse con el frasquito, hasta no hace mucho tiempo, era el elegido porque más que yogurt resulta un postre. Hoy no es fácil ubicarlo, al menos en los supermercados de barrio y fue reemplazado por su similar de la reconocida marca Gándara.
Algo muy particular sucede con las pastas. Un paquete de fideos secos, cualquiera sea su tipo, siempre formó parte de las compras familiares porque resuelven una comida de manera práctica y económica. El resultado del gran aumento en el precio de este artículo provocó que la compra se mudara a las fábricas de pastas frescas, que además ofrecen sus productos a freezados y resultan muy prácticos a menor precio.
En el caso de las gaseosas, muchas familias han resignado su compra a los fines de semana, fechas especiales como cumpleaños y para calmar la sed a diario, han vuelto al viejo y querido sifón, que se consigue a menos de la mitad de precio y con la misma capacidad de contenido.
Si bien hay cosas en las que bajar la calidad no es recomendable, por ejemplo azúcar, aceite o jabón para lavar la ropa, también hay segundas marcas que pueden suplantarlas sin bajar la calidad y en el caso de los productos para la limpieza del hogar y la ropa, se opta por los sueltos de buena calidad y mucho menor precio.
La yerba también ha sido motivo de análisis familiar. El vital elemento para cualquier argentino también fue víctima de los aumentos de precios y en la actualidad, aunque no resulte mucho más económica, se compra suelta en dietéticas pero su rendimiento y pureza justifican el gasto.
Mirar, comparar y probar nuevas marcas es otro desafío que debemos afrontar día a día si queremos ahorrar.
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