Rincón de San Pedro Dávila de los Arrecifes, mejor conocida como la ciudad de San Pedro, nuestra hermosa ciudad. Muchas veces reconocida por ser cuna de famosos personajes que han sabido triunfar en la televisión, la radio, el arte o el deporte, es visitada por miles de turistas cada año por distintos motivos: una pausa, un evento, nuestros productos, nuestros paisajes y por nuestra gente.
Puedo escribirles sobre San Pedro desde un enfoque plenamente turístico, destacando los paisajes, la cultura, las actividades náuticas, nuestros productos regionales, la gastronomía, la hotelería, etc. Pero la realidad es que me resulta mucho más interesante contarles sobre nuestra comunidad turística desde otro aspecto.
Tenemos un desconocimiento sobre un grupo atomizado de submundos culturales, sociales, comerciales y de servicios, que sobreviven aislados pero que podrían formar parte de algo mucho más grande. Me estoy refiriendo a un conjunto de establecimientos y personas que están esparcidas por la ciudad y ajenas a un circuito que las integre en los beneficios y en las ganancias, pudiendo, al integrarlas, enriquecer el espíritu de San Pedro como ciudad.
Para aclarar mis palabras, un ejemplo. La ciudad tiene una buena oferta cultural. Si uno quisiese recorrer todos los lugares que la ofrecen, tiene que estar en tema sí o sí. Pero si existiese un recorrido mapeado de su ubicación y su oferta, el juego estaría abierto a muchas más personas que tengan la intención de hacerlo. Eso sí, esto no terminaría en un simple “mapeo”, es necesaria una consolidación de un circuito que conecte, como nodos en una red, una impronta propia y personal.
Imaginemos un escenario ideal: una ciudad que cautiva con la existencia de una estructura que va más allá del ámbito público y privado, teniendo como resultado un concepto de ciudad, una imagen que afianza un todo. En este circuito ideal, la estética y los modos se replican en cada uno de los que lo componen y el protagonismo de aquellos submundos es fundamental, no sólo porque tienen siempre algo para aportar, sino porque también ampliarían esta red.
Dicho esto, y a mi parecer, es vital la identificación de cuáles son estos establecimientos, donde están ubicados y cuál es su regularidad frente al municipio. Se debería individualizar servicios principales y servicios secundarios, así como también la proximidad entre ellos y posibles centros de influencia, la comodidad de sus accesos y la satisfacción en su uso. Todo esto tiende a generar valor. Éste, junto con una buena gestión, puede convertirse en una plataforma con relevancia regional, nacional y/o internacional que genere influencias.
A mi entender, deberíamos reconocernos verdaderamente como una ciudad turística y plantear un circuito turístico integrado, con coherencia entre las demandas y las ofertas y un ordenamiento del territorio que establezca puntos y vías de accesibilidad, atracciones, amenidades y acciones en cada zona. Porque a fin de cuentas, San Pedro es una ciudad que debería ser vivida con plenitud para cualquiera que la habite.