“Carne al horno”
En San Pedro, no se ha respetado el acuerdo del Gobierno que fija precios más bajos en trece cortes de carne. A pesar de las quejas y las repercusiones del bolsillo, el consumo es estable.
No se debe a un plato exquisito ni una receta tradicional de las mesas argentinas. Se trata de un título que sintetiza cual es la situación por la que atraviesan los comercios y en consecuencia: los consumidores.
La carne aumentó durante la última semana entre 5 y 10 %. En dinero, la suba equivale a un promedio de un peso por kilo. Se impone entonces recomendar que, para comprar bueno y barato, hay que caminar para comparar precios.
Los amigos carniceros pueden explicar las razones del incremento a sus clientes, además de darles a entender que no son responsables de los mismos, por eso dicen que todo obedece a la escasez de animales que se envían a remate en el mercado.
En un promedio de las principales carnicerías de la ciudad, el kilo de costilla, vacío o corte especial para parrilla, antes costaba 13,99 y pasó a 14,49 pesos. El kilo de costeleta hoy se lleva por 12,50 pesos. La carne picada especial 11,99. El pollo se mantuvo y hasta bajó; cuesta aproximadamente 8 pesos el kilo.
El panorama es preocupante. Los carniceros aseguran que la tendencia irá en incremento y se puede esperar un aumento de precios de cada corte durante la semana próxima, pues hay que tener en cuenta que tras la Semana Santa, la ausencia de cabezas en el mercado de Liniers se acentuó por el paro de los productores.
Por estos días, las pizarras de las carnicerías muestran precios bastante mas altos que los que sostiene el Gobierno, para los cortes promocionados. Por ejemplo la pulpa, uno de los cortes preferidos por las familias numerosas, costaba 13,99 pero hoy sale 14,99 pesos y hasta se la puede encontrar entre 15,99 y 18 pesos.
Los aumentos son increíbles. Las subas empezaron a resentir los bolsillos de los consumidores desde principio de año. Pues desde Enero hasta hoy, supera el 15% el aumento en todos los cortes. Desde hace unas semanas aumentaron un promedio de 50 centavos por kilo. Aunque, según aseguran, el máximo del aumento se dio con anterioridad a Semana Santa, en un promedio del 10%.
Algunos carniceros lo aplicaron a todos los cortes, y otros, aquellos que concentran más ventas, decidieron ser más selectivos. Por ejemplo, el precio de los de menos salida, como el puchero, la aguja y la carne picada, no sufrieron incrementos con respecto a los demás.
Aseguran quienes entienden en el rubro, que esto podría traer aparejado graves inconvenientes, como el cierre de carnicerías y hasta la falta de trabajo en los principales frigoríficos del país.
En San Pedro, al igual que en la mayoría de las ciudades del interior, no se ha respetado el acuerdo del Gobierno, que fija precios más bajos en 13 cortes de carne, y los consumidores comienzan a hablar de un notorio boicot para torcer la historia.
El plato preferido
El problema para las carnicerías es que más allá del aumento, están sufriendo severas pérdidas en las ganancias. Pues se dice que para poder solventar los gastos actuales, el aumento debería ser de un 10% más, es decir que de concretarse, la situación empeoraría aún más. Eso es lo que los obliga a bajar menos carne que de costumbre.
De todos modos y aunque parezca mentira, el consumo de carnes rojas en San Pedro no ha disminuido, es más, “ha aumentado”.
Actualmente hay 61 carnicerías habilitadas en todo el partido, a las que hay que sumarle 20 más, que funcionan en supermercados y minimercados.
Según una evaluación realizada por La Opinión Semanario, se pudo confirmar que el consumo no disminuyó. Por ejemplo, en Febrero de 2007, se vendieron un promedio de 250.000 kilos de carne, mientras que en Febrero de 2008, fueron 275.000 los kilos comercializados. Es decir que a razón de 60.000 habitantes, cada sampedrino consumiría, en promedio, mas de cuatro kilos y medio por mes y supera el kilo por semana.
Es obvio, el reparto no es tan equitativo como el promedio. Para algunos la carne es cosa de todos los días, para los más y con suerte dos o tres veces en lo que dura una semana.