Desde que se vendió el predio cuya propiedad tenía en venta la inmobiliaria Cremona, las preguntas sobre su destino crecen. La Opinión recorrió el lugar cuando comenzó la limpieza y refacción de la edificación y el terreno. Siempre se habló de un emprendimiento turístico aunque no del inversor que no es ni más ni menos que el titular del Complejo Arboreto.
El sábado pasado se conoció el texto de la intimación que el municipio había dirigido al propietario por hacer iniciado una obra sin permiso. En la zona es bastante común que se erijan construcciones clandestinas sin que se proceda a su demolición o a sanciones.
En este caso, el nuevo dueño es Gerardo Gordó y su intención primaria es la construcción de un natatorio. Con la firma de su arquitecto, el martes llegó a las oficinas de Obras Públicas el pedido de autorización que de acuerdo a lo que expresaron desde el área “está siendo analizado” para ver si se corresponde con la normativa vigente.
Desde el jueves, la obra retomó su ritmo y se sabe que a largo plazo está pensada una inversión que apunta a ofrecer nuevas plazas de alojamiento.
Por ahora, “le vamos a poner el piso para acomodarla bien, le hicimos la parte eléctrica, la parte sanitaria porque estaba toda destruida. Y después, con la pileta, cercarlo, que no quede muy cerrado para que siga lo verde. Y bueno, habilitarlo y alquilarlo de manera temporaria”, adelantó Gordó aunque imagina que a futuro pueda presentar una idea innovadora en materia de construcción y confort.

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