Caso Cañete: Qué pasó en la fiesta que fue la antesala de la discusión con su pareja
"No nos avisó que mi hermano estaba grave, en terapia", sostuvo Ángela tras relatar las últimas horas que compartieron con "El Pato" en un cumpleaños. Su hipótesis apunta a la pareja como la autora de las heridas.
“Primero quisimos cuidarlo”, dijo Ángela, la hermana de Ángel “El Pato” Cañete antes de relatar los momentos previos al desenlace de la tragedia ocurrida el sábado 6 de noviembre.
Entre familiares y amigos, la mujer reconstruyó lo sucedido y confesó que mientras cuidaba a su hermano, cuando la dejaron entrar a la terapia intensiva, sintió que le hablaba, que no le entendía por la traqueotomía que le habían practicado, pero que “algo quería decirle”. Allí se prometió a sí misma relatar todo lo ocurrido en el Hospital Emilio Ruffa cuando llegó y se enteró que su hermano estaba con riesgo de vida.
“Mi hermano no está para defenderse, lo voy a defender yo”, advirtió la mujer y cuando fue consultada sobre episodios violentos anteriores, dijo: “Él ha ido a mi casa arañado por ella. No podía compartir nada con nosotros. Era un dominado por ella. No compartíamos ningún acontecimiento, nada, por ella”, y agregó que para ver a una de sus hijas, Malena —que también perdió a su madre Florencia Cresta en un horroroso femicidio precedido de una violación—, debía hacerlo a escondidas.
Cuando fue consultada por la fiesta que celebraron en familia recordó que observó la incomodidad y la tensión que había entre ellos. “Se retiran y a la hora o dos, recibo un mensaje. Yo le mando un mensaje a él, no me contesta, lo llamo, tampoco. Estuvimos media hora más guardando bebidas. Decidimos pasar por Comisaría, nos fuimos a mi casa. Guardamos las cosas. Estaba mi hija y le dije ‘llevame a ver qué pasó con Ángel’. Ye encuentro con la científica cortando la calle y el patrullero”, relató sobre el momento en que llegó a la vivienda de Hipólito Yrigoyen al 600.

“Empecé a llamar a todos. Llegamos al Hospital y estaba muy callada, al rato le pregunté qué había pasado. Ella lo que manifiesta es que estaba acostado, estaba enojado y ella sale a comprar unos precintos, a 15 metros de la casa. Dijo que ahí ella siente los gritos de él, vuelve y se lo encuentra en la vereda”, esa afirmación coincide con la de un vecino que ayudó aplicando un torniquete ante la sangre que emanaba del cuerpo de Cañete, pero hasta el momento no se sabe si la pareja estaba de regreso o dentro del lugar donde supuestamente Ángel se había acostado a dormir.
“Eso es lo que ella dice, cosa que no le creí. No habían pasado ni cinco minutos. Cuando lo vi en San Nicolás, las heridas estaban cubiertas, no le vi nada. Estuve dos días antes de que falleciera y le hablé, pero de otras cosas, le mandaba saludos a los hermanos y le digo “estás barbudo”, me hacía así con la cabeza”, describió Ángela asintiendo con su rostro.
“No le pude entender nada de lo que dijo, por la traqueotomía. Me hacía señas con la cabeza. Después no me permitieron entrar. Yo no sé si él tuvo ganas de contarme. Le prometí a él que iba a hacer justicia por él. Porque nadie cree que se lo hizo él. Discutieron, ella lo ha atacado con el cuchillo. No sé si él estaba dormido. Ella no tenía lesiones, no fue en defensa propia. Tampoco fue capaz de decir si mi hermano estaba grave, tampoco fue capaz de decir mando un móvil a la quinta donde estábamos y avisar que mi hermano estaba grave”, concluyó y anunció: “Yo no me voy a quedar quieta”
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