Las tareas están a cargo del personal que se desempeña dentro de la necrópolis local. Las críticas constantes y la disparidad en el cumplimiento que se registra entre los agentes que le hacen honor a su labor y los que no lo hacen, llevó a buen puerto la intención de mejorar la limpieza y reparación de varios sectores. La única contradicción es que solo cuentan con tres baldes de pintura de 20 litros que se agotaron en la tarde del jueves.

El aumento también en la alícuota que se paga en concepto de “Derechos de Cementerio”, llevó a las autoridades a derivar alguna partida a pintura y herramientas. Los contribuyentes que mantienen sus obligaciones al día se han manifestado disgustados por el deterioro constante del lugar donde reposan los restos de sus seres queridos. Con 60 litros no alcanza.

“Todo esto se hace de tarde”, aclaró uno de los agentes que el jueves se aprestaba para continuar con la parte del osario que también fue pintada y que el viernes supo que hasta febrero no contará con materiales.

La calle del acceso principal que desemboca en el paredón donde está emplazada la imagen de la virgen también cambió la estética. Para el cantero central esperan contar con algunas plantas o arbustos. Aunque la pintura que no alcanzó para cubrir todo el predio, esperan dejar la calle central mejor presentada. Lo irreparable está en las calles para tránsito vehicular o personas con discapacidad. Un cráter profundo se abre en el único lugar donde los cortejos fúnebres pueden emprender el regreso. Tampoco se puede transitar caminando ese sector sobre todo los días de lluvia.

Vidrios rotos, yuyos, abandono y falta de limpieza en las parcelas y bóvedas más alejadas también necesitan atención y cuidado. La incorporación de algunos empleados tal vez sea señal de mejoras, por ahora no ha sucedido.