Desde que Juan Catalano está a cargo de la Comisaría local, personal policial cumple todos los fines de semana con controles en los boliches. El primer operativo arrojó como resultado dos pubs clausurados: Selfies y Krapson, ambos cerraron sus puertas y, una semana después sin autorización, volvieron a abrirlas. Hasta anunciaron fiestas y promociones de venta de bebidas alcohólicas, algo que está prohibido y que todos hacen.
En un segundo fin de semana los locales de esparcimiento nocturnos sancionados fueron cuatro: HH Club; Ulula; Alternativo y Valkyria. Unos carecían de la habilitación correspondiente y otros habían permitido el acceso de menores de edad al boliche.
Después de un fin de semana en el que no hubo clausuras porque “todos cumplían con la normativa vigente”, volvieron a la carga. El único que debió cerrar sus puertas antes de lo previsto fue HH Club, que no debería haber abierto porque estaba clausurado desde el 23 de agosto por carecer de elementos de seguridad.
Uno de sus titulares utilizó las redes sociales para hacer su descargo y exhibir la habilitación comercial que le permite funcionar como restó/bar, lo que significa que las personas no pueden bailar en el interior del comercio y que la música debe ser de acompañamiento y no superar los parámetros normales, un control que debería ejercerse y no sólo en ese lugar.
De todos modos, sin tener en cuenta ese detalle, el joven lamentó lo sucedido y denunció: “A todos ustedes les están manejando la noche. Es feo tener que elegir como segunda o única opción un boliche al que no tenían pensado ir”. A las pocas horas anunciaron que este sábado volverán a abrir las puertas para cumplir con la “#RedNigth”.