Crece el uso de cercos electrificados para seguridad
La aparición de un dispositivo de esas características despertó el debate. Los costos de los dispositivos homologados para uso domiciliario van de los 2.000 a los 12.000 pesos y distan del viejo “boyero” utilizado para el ganado. No hay prohibición pero tampoco regulación precisa sobre cómo deben disponerse. La inseguridad creciente y los métodos para “sentirse seguro”.
El uso de cercos electrificados para prevenir el ingreso de delincuentes a las viviendas se ha extendido de manera importante en la ciudad. Cada vez más, vecinos que temen sufrir o que han sufrido asaltos protegen sus casas con este tipo de elementos que si bien no están prohibidos tampoco tienen normas precisas que regulen su disposición.
Semanas atrás, La Opinión dio cuentas de una polémica suscitada al respecto con una vecina de la escuela 10, que dispuso un “boyero” a poca distancia del límite de su propiedad con el patio donde juegan los chicos.
Por un lado, hubo padres preocupados porque cuando se fue la pelota hacia la casa vecina, hubo chicos que cruzaron y se llevaron la sorpresa de “la patada”, que si bien no es en principio riesgosa, genera un susto.
Por el otro, el debate se instaló porque hay muchos que consideran que nadie debe cruzar los límites de una propiedad privada, ni siquiera para ir en busca de un juguete que se disparó más allá del espacio donde debe permanecer.
Seguridad eléctrica
El cerco electrificado que hoy se comercializa para seguridad urbana es un sistema de seguridad que consta de una serie de hilos de acero que provocan una descarga ante el contacto con humanos o animales. La “patada” repele a quien intenta cruzar la zona donde está ubicada, sin producirle daño pero sí una descarga.
El alambre emite un pulso de 7800 voltios de 0.1 milisegundo de duración. La energía circula por ese hilo con una frecuencia de repetición de 48 pulsos por minuto. Fabricantes de estos dispositivos aseguran que opera sobre el Umbral de Pánico pero muy por debajo del umbral mínimo de Fibrilación Ventricular. Es decir, “aprieta pero no ahorca”.
“Al intentar penetrar el perímetro protegido por el tendido, el intruso recibe una descarga de 7800 voltios sumamente desagradable pero que no compromete la vida ni la salud de la persona que ilegalmente trata de entrar a la propiedad protegida”, explican los fabricantes.
Las empresas de colocación de estos equipos sostienen que están homologados y que es legal, aunque aclaran que deben cumplir con una serie de medidas de seguridad obligatorias como la instalación a más de dos metros de altura y colocar señales de advertencia legibles y a la vista. Es clave la advertencia para personas con marcapasos o niños de corta edad.
La necesidad de regulación
Las empresas que venden cercos electrificados recomiendan no instalarlos para uso ganadero, como los denominados “boyeros”, ya que no cumplen con las normas exigidas para su producto, que por lo general están asociados a alarmas.
La proliferación de este dispositivo y los múltiples accidentes registrados en lugares donde no se tomaron las medidas debidas no ha logrado que haya regulación al respecto. Ha habido casos en los que estaban conectados directo a la red eléctrica, por lo que la descarga era de 220 voltios y provocó en ocasiones hasta muertes.
Como no hay que declararlos, todo se reduce a la buena voluntad de quien los contrata y quien los coloca. Si hay “excesos”, no hay otro lugar para reclamar que la Justicia. Un verdadero “llorar sobre la leche derramada”.
Hay quienes consideran el Director de Seguridad Raúl Manchone que sería importante que el Concejo
Deliberante analizara el tema. “Habría que legislar sobre esto, los vidrios arriba de los tapiales, el alambrado filoso que se utilza mucho ahora”, señalaron.
En los municipios donde hay countrys y barrios cerrados, el tema tuvo discusiones varias. En esos debates hubo voces que propusieron que los cercos electrificados sean declarados como “mejoras a inmuebles” y que tributen como tal, en la medida en que se trata de dispositivos que dan cuentas de la capacidad contributiva de quienes los colocan.
Cuánto valen
Un hilo electrificado para contener mascotas puede costar desde 500 pesos. Un aparato electrificador de cercos cuesta desde 2.500 pesos.
Un kit que incluye el electrificador, las varillas, un rollo de hilo metálico de 500 metros, tensores y aisladores puede encontrarse por 3.500 pesos y hay de hasta 12.000. Algunos servicios incluyen cámaras y conexión a sistema de alarmas. El consumo de electricidad es similar al de una lamparita común.