Crimen de Vallejos: por qué quedó impune y con los asesinos sueltos tras la decisión de un jurado popular
Hay un cadáver, hay un homicidio salvajemente perpetrado y sin embargo los ciudadanos que determinaron el veredicto decidieron que los acusados eran "no culpables". ¿No culpables de qué?. No se pudo probar que hubo dinero de por medio para matarlo. Qué dijo el abogado defensor.
Para la sociedad resulta incomprensible: una persona desangrada y golpeada con una maza, cinco personas acusadas —dos de ellas con las armas letales— y todos liberados por un jurado popular.
Ese fue el resultado del juicio por el crimen de Adolfo Vallejos, ocurrido en mayo del año pasado. Todos absueltos. Todos “no culpables”. Un homicidio impune.
La única voz que reclamó y sin recursos económicos para hacerlo fue la de la hermana de Adolfo.
Norma confió en que el sistema judicial lograría finalmente condenar a quien o quienes asesinaron de manera salvaje al hombre que hasta aquella trágica noche, habitaba una vivienda que Ricardo Ontivero reclamaba como propia.
Hubo amenazas previas, situaciones confusas y discusión por la propiedad, pero nadie imaginaba el desenlace.

Desde el minuto uno la fiscalía a cargo de Viviana Ramos caratuló el hecho como “un homicidio agravado por promesa remuneratoria”.
El fiscal que la reemplazó camino al juicio, Vicente Gómez, continuó con la misma imputación y con todos los acusados detenidos terminó acordando un jucio abreviado que no fue aceptado por la familia y así derivó en la resolución del veredicto ante un jurado popular.
Ricardo Ontivero, Jesús Montaldi, Matías Tesey, Carlos Martínez y Juan Juárez fueron absueltos, tres de ellos festejaron la liberación frente al escenario del crimen.
El defensor oficial Joaquín Castro asistió a dos de los acusados por el homicidio de Adolfo y el sábado respondió a las preguntas en el programa Sin Galera. Lejos de mostrarse victorioso con la liberación de sus representados, invitó a la reflexión.
Explicó que el sistema de jurados en la provincia de Buenos Aires tiene ciertas particularidades que pueden llevar a la absolución si la acusación no es sólida.
Este es el caso: la Fiscalía no pudo probar el homicidio agravado por promesa remuneratoria y esa es la clave para generar dudas en el jurado sobre la quien había sido finalmente el autor del crimen.
"Ahí hubo un exabrupto de una de las persona que fue que estaba en ese lugar y ese exabrupto se llevó la vida de una persona".
Hay que recordar que durante el juicio hubo confrontación entre dos de los presuntos ejecutores: el que tenía la maza y el que empuñaba el arma blanca con la que le perforaron el cuello.
Tampoco se pudo probar que haya habido dinero de por medio, aunque tres de los cinco acusados contaban con patrocinio letrado particular y una estrategia que incluso les permitió cercar el terreno que estaba en disputa y que contaba con documentación respaldatoria que el mismo Ontivero le mostró a la policía la noche del crimen, con pretensión de recuperarlo en ese mismo momento.
“Evidentemente acá tiene un caso impune y eso no es lo que se buscaba”, expresó Castro para reconocer que el o los autores materiales no pagarán por ese delito.
Castro destacó que tampoco se pudo demostrar que había intención de matar, que fue "un exabrupto", un exceso en manos de sus defendidos, aunque al mismo tiempo reconoció que el mensaje del fallo es "difícil de interpretar" y deja a la población con la sensación de que hubo impunidad.
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