“Cufa y Coli a dedo”: Facundo Luzuriaga conoció el pueblo de su abuelo y continúa su travesía
Facundo Luzuriaga, el sampedrino que emprendió un viaje de mochilero por el país junto a su perrita Coli cumplió su sueño más anhelado luego de tanto esfuerzo: conocer el pueblo de su abuelo, Buena Esperanza. “Ahora sigo la ruta”, comentó a La Opinión.
A poco más de un mes de haber emprendido un viaje como mochilero a lo largo del país, Facundo Luzuriaga finalmente conoció el pueblo donde vivía su abuelo, Buena Esperanza, ubicado en San Luís.
Desde que Facundo emprendió el viaje se había impuesto la meta de mantenerlo “lo más gasolero posible”, por lo tanto se ocupa de realizar tareas de voluntariado en cada pueblo en el que se establece donde la gente lo recibe con los brazos abiertos.
Sin bien el viaje está plagado de escollos y algunos contratiempos estos no representan ningún impedimento para Facundo quien en ningún momento bajó los brazos y contra todo pronóstico continúa su trayecto rumbo a lo desconocido.
“Ya no tengo un destino predeterminado, voy hacia donde me lleve la ruta”
Aclaró Facundo Luzuriaga
Actualmente Cufa y Coli se encuentran en San Rafael, Mendoza. Sin embargo, llegar a Buena Esperanza no fue sencillo para los viajeros y fueron justamente los kilómetros previos al destino los que pusieron a prueba a Facundo.

“Fue muy duro llegar”, reconoció Facundo a La Opinión agregando que cometió el error de seguir a un compañero y caminar durante casi dos días por la ruta poco transitada que conecta Villa Mercedes con Buena Esperanza.
Luego de pasar la noche en la intemperie, un camión los llevó a una garita de policías, de ahí directo a Buena Esperanza, un pequeño pueblo del que se llevó anécdotas y recuerdos inéditos que los vecinos le compartieron.
Para sorpresa de Facundo, el pueblo parecía estar esperando su arribo y aseguró que el rumor de que el nieto del doctor del pueblo había llegado lo hizo sentir cómodo y reconocido.
“Me gustó mucho que al ser ajeno al lugar la gente ya me conocía porque se rumoreaba que andaba el nieto del doctor Leopoldo Luzuriaga y me veían en la calle y me preguntaban si era yo”. Además Facundo agregó que los vecinos de Buena Esperanza recordaban a su padre y abuelo con mucho cariño.

El viajero costea sus gastos personales con tareas de voluntariado y teatro callejero, pero además la colaboración de la gente y los contactos que Facundo fue haciendo en la ruta hacen posible que continúe avanzando.
“Hay mucha gente que nos colaboró por CBU, si no fuera por ellos nos hubiera costado mucho más transitar los momentos de crisis”, concluyó Facundo quien en alrededor de 30 días vuelve a las rutas con preferencia hacia San Juan o Río Negro.
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