El Padre Fabián Failache no sólo ha sido uno de los pilares de la protesta agropecuaria, sino que ha ampliado el rubro a la noble profesión de canillita. El pasado fin de semana junto a una feligresa se dedicó a vender una revista que periódicamente gana la calle y que hasta hace pocos días se exhibía en varios lugares elogiando al inefable Max Higgins. El astuto editor, descubrió ahora el buen negocio de la protesta del campo y encontró en el sacerdote un excelente vendedor. A seis pesos el ejemplar, se hizo en Julio su propio Agosto. Eso sí, por la suerte de Failache parado en el medio de los carriles, confirmamos que Dios, existe.
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