Día del inmigrante italiano: Antonio Berardi y “el milagro de reunir a la familia” en Fraine, el pueblo del que partió hace 92 años
Con 97 años, el ingeniero agrónomo que condujo los destinos del INTA San Pedro, padre de la directora de La Opinión, volvió a su pueblo natal. Esta vez, con sus hijas y sus nietos. en una nota para el medio italiano Chiaro quotidiano, Antonio repasó su historia y celebró la posibilidad de reunir a sus familias italiana y argentina en el suelo que lo vio nacer.
Desde 1995, Argentina celebra el Día del Inmigrante Italiano cada 3 de junio, fecha del natalicio de uno de los padres fundadores de la Patria, Manuel Belgrano, cuyo padre nació en Liguria.
Entre los tantos nacidos en Italia que se instalaron en San Pedro está Antonio Berardi, ingeniero agrónomo que condujo el Inta local y padre de la directora de La Opinión, que fue homenajeado en su pueblo natal, Fraine, donde regresó a los 97 años acompañado de sus hijas y nietos para cumplir uno de sus sueños.
El medio italiano Chiaro quotidiano entrevistó a Antonio para contarles a sus coterráneos su historia, la de un hombre que 92 años después del día que se fue del pueblo regresó para lo que él mismo consideró “el milagro de reunir a la familia argentina y la familia italiana”.
A continuación, la nota completa que repasa la historia de Antonio Berardi, su vínculo con su pueblo natal y la aventura que junto a otros 15 miembros de su familia emprendió a los 97 años para volver a Fraine:

La partida a Argentina a los 5 años, el regreso a Fraine a los 97: el sueño de Antonio Berardi se hizo realidad
El recuerdo aún se convierte en emoción después de tantos años. En la memoria quedan impresas indeleblemente las palabras del abuelo Emilio Lalla quien antes de partir le dio “el último adiós”. La historia es la de Antonio Berardi que a los 97 años, desde Argentina, hizo un largo viaje para volver a su Fraine con toda la familia.
Nacido en la Navidad de 1925, Antonio partió de Nápoles a la edad de 5 años en el barco “Belvedere” con su madre Petronilla Lalla, para reunirse con su padre Giuseppe en Buenos Aires. Un destino común a muchos italianos que en esos años se embarcaron para las Américas en busca de mejores condiciones de vida. Fraine, como tantos otros pueblos, se vio particularmente afectado por la emigración: cuando Antonio se fue, tenía 2400 habitantes; hoy, 274 (al 1 de enero de 2022).
Miles de kilómetros y un océano no han logrado romper las raíces que aún hoy unen a Antonio con Fraine. A lo largo de su vida, volvió seis veces al pequeño pueblo de la zona del Alto Vastese, la primera a los 40 años: “En esa ocasión me reencontré con dos tías, fue un encuentro muy emocionante porque era la primera vez que una persona de Fraine volvió a su país”.
A pesar de su avanzada edad, Antonio tenía un deseo ardiente de volver nuevamente, pero esta vez con toda la familia. Él y sus hijas quisieron hacerlo con motivo de la fiesta de Mater Dominien 2020, pero la pandemia ha trastornado los planes de todos.
Las ganas del hombre de 97 años fueron más fuertes que el virus, así que, dos años después, emprendió de nuevo el viaje, haciendo escala en Madrid para llevarse a una de las hijas, y luego a todas a Fraine.
Llegaron dieciséis de ellos: además de Antonio, están las hijas Lucía, Gabriela, Ana y Lilí, los nietos Guillermo , Federico, Cecilia, María Eugenia, Emma, Juan y Ramiro.

“Sentí unas ganas muy grandes de volver en otro momento. Soy muy mayor, tengo 97 años, pero sentí la emoción de volver con toda mi familia. Dieciséis de nosotros vinimos de excursión. Estoy muy feliz de haber realizado este sueño. Un hombre sin sueños no vive y yo siempre he tenido este deseo -nos dice- Para mí es una emoción muy grande que me hace llorar, estoy un poco cansado emocionalmente pero no físicamente, es la emoción de estar en medio de todos ustedes”.
En estos días el grupo está alojado en Agnone, tras llegar el 28 de mayo. Antonio y su familia participaron con no poca emoción en las celebraciones en honor a Mater Domini .
Antonio, ingeniero agrónomo en Argentina, está feliz de haber hecho realidad ese sueño incluso para sus padres, que nunca han podido hacerlo: “Mis padres nunca pudieron volver a Italia, era imposible en ese momento. No sabían leer ni escribir, pero eran italianos. La fuerza del destino los trajo a América, pero siempre fueron italianos”.

La italianidad es un concepto que vuelve a menudo en las palabras de los ancianos fraineses. Otro de sus deseos es recuperar la ciudadanía italiana, pero hasta el momento no lo ha logrado: “Perdí la ciudadanía porque para trabajar en Argentina era necesario tener la argentina, pero no he renunciado a la italiana. No la puedo volver a obtener porque hay un salto generacional y si no cambia la ley no puedo. Hemos hecho muchos intentos de volver a obtenerla pero no es posible. La ley es la ley, pero la ciudadanía la llevo aquí en el corazón: la ley de la sangre , esto es lo que vale”.
Son días de encuentros con los descendientes de sus padres y familiares que quedaron aquí. Parte de sus raíces también van para Guilmi. Pronto habrá que volver a partir, Antonio lo hará con la conciencia de que ha logrado su hazaña: “He hecho el milagro de reunir a la familia italiana y a la familia argentina. Era un sueño y lo realicé gracias a Dios, a la fuerza de voluntad, de las ganas, por eso estoy emocionado, muy emocionado”.
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