A veces en nuestros jardines aparecen verdaderas joyitas, rarezas que suelen pasar desapercibidas.
Una de ellas es Don Diego de noche, especie curiosa y muy difundida en cercos y borduras, que en el mismo individuo puede presentar simultáneamente flores de diferentes colores y distintos colores en la misma flor.
Además, es capaz de cambiar de color. Por ejemplo, la variedad amarilla, a medida que la planta madura, puede producir flores rosa oscuro; y la blanca, flores violeta claro.
También entra en la categoría de rareza porque sus flores abren desde la tarde hasta el mediodía siguiente. En los países de habla inglesa la llaman “la planta de las 4 en punto”.
No deja de ser estudiada en los laboratorios.
Hasta la fecha, se han extraído de todos sus órganos más de 30 compuestos de uso medicinal y los pigmentos de las flores se emplean como colorantes de alimentos, en particular el rojo carmesí en gelatinas.
Si después de conocer todo esto, todavía no amamos a nuestro Don Diego de noche, podemos aportar un dato más.
En zonas industriales de China, donde la contaminación con metales pesados es un grave problema, han demostrado que nuestras coloridas trompetillas absorben e inmovilizan al cadmio en sus profundas raíces carnosas.
En nuestro país se la conoce desde la época colonial. Fue introducida por los primeros viajeros entre virreinatos, desde su México natal, o posiblemente desde Perú, donde los incas la utilizaban con fines medicinales y alimenticios.