Dos Cocas por 3 mil pesos, 2 quesos untables por 1600 y pescado sin frío y al sol en Mercados Bonaerenses
En la feria que se instala en la zona de mayor poder adquisitivo se venden las ofertas de empresas privadas que cargan en camiones del gobierno y exhiben en gazebos.
Llegaron con el camión de pescados y con los recipientes sin resguardo comenzaron a vender calamares y filets en pleno centro de la ciudad. No es la primera vez que llegan, pero sí es la primera después de la debacle inflacionaria.

No se trasladan a los barrios que necesitan comprar barato ni pretenden entregar ticket o factura, toman luz de las columnas de Coopser y no registran las ventas ni explican en qué condiciones trabajan los empleados que llegan manejando vehículos ploteados con leyendas que refieren al Ministerio de Asuntos Agrarios.

En San Pedro, sólo cuatro feriantes de la ciudad ofrecían sus productos. “Ojalá lo hagan un sábado porque hoy no viene nadie”, dijo una de las emprendedoras el viernes por la mañana mientras veía que el puesto vecino de lácteos y productos de almacén saciaba la ansiedad de una pequeña fila de clientes que se llevaban trozos de queso que se exhibían al sol con precios insólitos, packs de Coca Cola que se remataban a menos del costo que se paga al distribuidor local, yerba y otros productos como “el combo de pastas frescas” que estaba en oferta por poco más de 8000 pesos.

Un vendedor de frutos secos de Zárate con cuenta DNI y descuentos del Banco Provincia y el inefable camión de pescados que estaciona en Hipólito Yrigoyen y Pellegrini, esparciendo cajas y olores que no hubiesen pasado el control bromatológico. Sólo hace falta seguir el cable con varios enchufes acoplados para advertir los remiendos sobre la columna de alumbrado que está sobre la vereda de la Escuela N° 1.

En medio del entusiasmo por una feria que se lleva el dinero de los sampedrinos a otros lares bajo la excusa de “las rebajas” o “los precios abusivos del comercio local”, se mueven empleados municipales y personas que dicen pertenecer a áreas ministeriales que cada día se instalan en una ciudad diferente. El pescado, dicen “viene directo de Mar del Plata”, también de una empresa cuya habilitación no se exhibe y su balanza no se limpia entre uno y otro cliente.
En dos años, el municipio no ha podido ofrecer a los emprendedores una feria ambulante que promueva la actividad económica tanto de los registrados que quieran hacer sus ofertas en otros barrios como de los que generan sus propios productos y no cuentan con la promoción que necesitan.
Si el propósito de Mercados Bonaerenses fuese al menos similar a Frutos de la Tierra y el Río, llegaría a los habitantes de barrios que ni por asomo llegan hasta la plaza Constitución en procura de quesos Tonadita, de gaseosas con la marca Coca Cola o quesito “Rallado” que es un producto hecho a base de sabor a queso. Por supuesto no faltó quien aprovechara la ocasión para llenar su alacena.
De dónde salen los productos a ese precio es un misterio que a muchos comerciantes les gustaría conocer para poder ofrecerlos a diario a sus clientes.
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