Drogas, muerte y misterio: la familia de Marcel quiere saber qué pasó y con quién estuvo antes de morir desangrado
Buscan reconstruir qué sucedió desde la noche del viernes al mediodía del domingo. Querían repatriar sus restos pero desde que fueron informados del modo en que perdió la vida alimentan dudas, sospechas y piden una investigación profunda tras haber reconstruiro y enviado audios que revelan una relación tortuosa con su pareja.
Los detalles que comenzaron a trascender sobre el deceso de Marcel Xavier González Jorge en la casa de campo que habitaba junto a su pareja, Marisel “Pili” Solís, y una hija de ella no dejan de sorprender a la familia y a los amigos, que son quienes advirtieron que durante dos meses consecutivos no había regresado a Uruguay para cobrar la renta de sus propiedades.
Fueron ellos y los periodistas del portal San José Ahora quienes dieron con la nota publicada en La Opinión sobre el macabro hallazgo. El 9 de junio de 2024, el cuerpo del uruguayo de 33 años, yacía sobre “un mar de sangre” que manaba de las profundas heridas que, según concluyen en la autopsia, podría haberse autoinflingido con un cuchillo.
Brazos, piernas, cuello, tórax y dos heridas profundas en la ingle y la zona de hígado que perforaron arterias fueron la antesala del desenlace.
A ese cuadro se le sumaron las declaraciones de la mujer que refirió en sede fiscal que no sabía qué había pasado porque salió a caminar después de una ingesta de hongos alucinógenos y que no estaba en condiciones de precisar durante cuántas horas estuvo ausente de la vivienda en la que horas después del mediodía del domingo encontró el cuerpo sin vida del hombre al que había conocido en un encuentro de ayahuasca en el país vecino.
Había pasado más de un mes y medio desde la actuación de la policía y la Justicia sin que se les haya comunicado a los deudos el fallecimiento.
Los primeros contactos de la madre y una de las hermanas, que están radicados en Estados Unidos, fueron a través de La Opinión y Sin Galera. Otra hermana que vive en la ciudad natal de Marcel y un amigo también se acercaron a contactos que tenían en común en Argentina.
Tres días después buscaron la representación de la abogada Sofía Sanjurjo para que los asesore en los trámites que debían cumplir para darle sepultura.
Al abrir el expediente y recorrer la hipótesis de un suicidio le pidieron a la letrada que investigue, que solicite las medidas que crea pertinentes y que busque establecer qué sucedió durante las 36 horas posteriores a la llegada de Marcel a la zona del paraje Villa Sarita, donde además de cultivar cannabis había lotes de naranjas listas para cosechar en un establecimiento llamado Sonho Verde.
Se sabe que se solicitarán medidas de prueba y nuevas pericias. También que hay al menos un testigo que sólo declaró en sede policial y que, según declaró, recibió el pedido de auxilio de “Pili” durante la tarde de aquel domingo.
Esa misma persona es la que trabaja el monte de naranjas y que, siempre según lo que relató a la policía, había alquilado un autoelevador a Solís y a su expareja cuando arribaron a San Pedro.
La otra cuestión que necesitan determinar es si la ingesta de drogas tuvo la dimensión que se describe en la declaración de la mujer, que fue indagada por la fiscala Maria del Valle Viviani.
En las distintas oportunidades en las que periodistas de este medio hablaron con la familia, la mayor indignación se manifestó hacia la mujer, que a sabiendas de su existencia nunca dio aviso sobre esta tragedia.
“Ella sabía que estaba mi mamá, que hablaba con nosotros todo el tiempo. Yo le pagué el pasaje para que vaya a Argentina y desde ese día nunca más recibimos un mensaje”, refirió la hermana que remitió audios en los que se escucha a Marcel desesperado por su situación en un episodio ocurrido en el mes de febrero de 2024, cuando dijo que Solís lo apuntó con una escopeta, lo cargó en su camioneta Amarok y lo abandonó sin dinero en la terminal de San Pedro.
Aquel día logró llegar a Buenos Aires y una semana después a Uruguay. En el mes de marzo se reconciliaron y volvieron al campo en el que también cultiva cannabis uno de los hijos mayores de Solís que está registrado en el Reprocam.
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