El Buque Museo ARA Irigoyen sigue escorado y olvidado
El buque que fue legado al municipio de San Pedro para que funcione como el único museo flotante del país, sigue recostado sobre el riacho por falta de caudal de agua.
Una de las naves que llegó al país luego de su participación en la Segunda Guerra Mundial y que resultó apoyo ineludible durante la Guerra de Malvinas sigue descuidada e ignorada por el Estado local.
Tras su arribo, en impecables condiciones, el ARA Irigoyen fue amarrado en un sector lindero a los campings de la zona de canaletas para funcionar como el único museo flotante de la Argentina, y de allí en más fue víctima del vandalismo y el abandono. Todos los objetos de bronce que estaban lucían en el interior y exterior fueron “arrancados” dejando un notable vacío que indica el descuido, la desidia y la falta de respeto para un emblema de lo que fue la guerra que más dolió a los argentinos.
Y allí sigue, como tantas otras veces, recostado como con dolor, dejando ver su hélice, rodeado de tiras plásticas de “Peligro” que impiden el paso de turistas y sampedrinos que quieren recorrerlo, visitarlo y homenajearlo. No hay feriados con visitas, ni alumnos de escuelas que lo aborden. No hay preocupación ni ocupación por algo que pertenece a todos y que representa los sentimientos del pueblo.
No hay presupuesto para restaurarlo, pintarlo y reponer los focos que faltan, pero en su exterior luce flamante cartelería con la nueva estética municipal.
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