Al prócer ya se lo había maltratado en el predio donde se erige su monolito en Pellegrini y Caroni pero nadie podía imaginar que los vándalos llegarían a la Iglesia del Socorro para llevarse la histórica placa que lo recuerda como un hijo dilecto de San Pedro.

El sábado habían robado la placa de 1919 de bronce que nomina a la Biblioteca Popular de las paredes de la calle Mitre.

Ahora le tocó al sacerdote franciscano que fuera designado Arzobispo de Buenos Aires, nacido en San Pedro el 24 de Octubre de 1859. Su nombre real había sido Rafael, el hijo de Esteban Bottaro y María Hers. Siempre ha sido recordado por su decisiva acción en la búsqueda de la concordia.

La placa fue literalmente arrancada y restos de la pared quedaron sobre la vereda recientemente colocada en el frente del templo.

Fue profesor de Filosofía, Teología y Derecho Canónico y ocupó el cargo de bibliotecario del convento de Buenos Aires. También fundador de dos periódicos de gran repercusión: “El Plata Seráfico” y “El Terciario Franciscano”.

Su rol fue decisivo durante el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear para reestablecer lazos con el Vaticano puesto que fue aceptado por la santa sede para mediar tras las disidencias que se habían planteado.