El Concejo trata la donación de los terrenos donde el Obispado construía la escuela de San Roque
El proyecto ingresó formalmente para que la Municipalidad se haga cargo de lo que fue el proyecto María Madre. El Obispado donó cuatro terrenos, con la obligación para el Estado de, en dos de ellos, construir la escuela que estaba planificada.
La decisión del Obispado de no continuar con la construcción de la escuela María Madre que había planificado hace más de una década un grupo de familias del jardín Belén se materializó en la donación a la Municipalidad de los terrenos, para que el Estado continúe con el proyecto.
El obispo Hugo Santiago, como máxima autoridad de la Diócesis, firmó la donación de cuatro terrenos, y el Concejo Deliberante ya tiene el expediente en comisión para su tratamiento, puesto que los ediles deben aprobar el proceso, como en cada oportunidad que un particular dona algo al Estado local.
La donación consta de cuatro terrenos con todo lo construido. El proyecto de escuela María Madre estaba avanzado, con las paredes levantadas, las divisiones internas incluidas, techos y pisos, que fue lo último que hicieron los pocos padres que quedaron de la comisión iniciadora.
El Obispado dona los cuatro terrenos ubicados en la zona de Ciudad Abierta, en el sur de la ciudad, con el cargo de que en dos de ellos se construya la escuela planificada.
"El cargo de construir una escuela que recae sobre las parcelas 12 y 15 se mantiene y será trasladado a la Municipalidad", dice el convenio. Esos dos terrenos son los que originalmente fueron cedidos por los desarrolladores del loteo Ciudad Abierta, la familia Troilo.
En septiembre del año pasado, monseñor Santiago firmó la carta de intención para ofrecer la donación con cargo de los terrenos de la escuela María Madre, ubicada en Depietri y Laprida.
La comisión original se llamaba "pro escuela de San Roque", puesto que estaba conformada por integrantes de la comunidad religiosa de esa parroquia, de la que depende el jardín Belén.
El proyecto, al igual que toda esa comunidad religiosa, quedó paralizado en medio de las acusaciones de abuso que recayeron en el sacerdote Tulio Mattiussi, condenado a 15 años de prisión.
Rifas, donaciones, ferias y cantinas en eventos masivos habían permitido reunir fondos para poner los cimientos, construir el edificio, colocar el techo, las instalaciones y el piso, que fue lo último.
Seis aulas, un salón de usos múltiples, baños y sala para docentes fueron construidos. Restaba terminar los baños y reponer las aberturas, dañadas en reiterados robos sufridos.
Los pocos integrantes que quedaban en la comisión dialogaron el año pasado con consejeros escolares y con el Obispado para generar la posibilidad de que el Estado se haga cargo de la continuidad del proyecto.
Antes habían intentado un convenio con un reconocido instituto privado que gestiona colegios religiosos en diversos puntos del país, quienes desistieron tras considerar que la demanda posible de estudiantes sería insuficiente.
La donación, una vez aprobada por el Concejo Deliberante, pondrá al Gobierno municipal en la necesidad de evaluar las condiciones para asumir la continuidad del proyecto.
Con dificultades financieras para la gestión cotidiana, el Estado local no tiene un horizonte cercano de recursos propios capaces de afrontar esa obra, por lo que deberá buscar financiamiento provincial.
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