El delivery de drogas, con “cadete” menor para que no caiga preso
El fin de semana, un menor de edad a quien sindican como “hijo de una transa” de un conocido barrio conflictivo fue atrapado con un frasco con 22 bolsitas de cocaína y suponen que iba a hacer “delivery”. En la última semana, los buenos oficios de un reconocido abogado permitieron la excarcelación de un detenido al que le habían encontrado 79 envoltorios de marihuana.
Las tareas investigativas en relación a la comercialización de drogas siguen arrojando resultados positivos, aunque las dificultades que implica la ley para acreditar los extremos del delito de venta de estupefacientes muchas veces atenta contra la propia investigación.
La semana pasada excarcelaron a un joven que había sido detenido con 79 envoltorios de marihuana presuntamente listos para entregar. Aun así, la investigación continúa y la Justicia tiene ocho teléfonos celulares que había secuestrado en su poder, desde los que podrían surgir diversas aristas para avanzar en el tema.
A ese allanamiento le siguió otro, con una mujer detenida infraganti cuando estaba por venderle drogas al hijo de una autoridad educativa de un importante colegio secundario.
Durante los primeros minutos del sábado, un operativo conjunto entre personal de Tránsito de la Municipalidad y de la Comisaría terminó en la aprehensión de un joven de 16 años y otro de 20, que tenían consigo un frasco con una gran cantidad de envoltorios de cocaína, cuyo destino era, presuntamente, la entrega en la modalidad “delivery”.
“Justo cuando iban a repartirla”
Esa es la consideración que hace la Justicia respecto de lo que la policía detectó el viernes por la noche, ya sábado en realidad, cuando se toparon con este caso.
Eran las 00.30 cuando en la esquina de Boulevard Moreno y Hermano Indio, Policía e Inspección interceptaron la marcha de una moto Corven 110 negra, que circulaba sin patente.
Apenas detuvieron la marcha, un joven de 16 años bajó a toda velocidad de la moto e intentó fugarse. Como resbaló por la lluvia, cayó en el barro. De entre sus ropas rodó un frasco de plástico violeta, que el adolescente se metió en la boca con intención de ocultarlo.
Los efectivos que intervinieron en el caso se lo impidieron. Al abrirlo, encontraron 22 envoltorios de nylon blanco tipo “bochitas” con cocaína, que en total pesaban 21,3 gramos, lo que permite inferir que la droga estaba distribuida en dosis de un gramo para ser entregada a los clientes, aunque, como se desprende del pesaje total, sumaba un poco menos.
El menor de 16 iba en la moto con otro joven, de 20 años. Ambos intentaron agredir al personal policial para evitar la aprehensión, pero no lo lograron. Trasladados a la Comisaría, la Justicia Penal Juvenil dispuso la entrega a sus progenitores para el adolescente y la notificación y posterior libertad al mayor, mientras que la moto fue puesta a disposición del Juzgado De Faltas.
“En el barrio todos los conocen”
Así lo aseguran diversas fuentes que prefieren, como tantos vecinos de muchos puntos de la ciudad, no revelar sus nombres, pero que no quieren dejar de contar lo que ven a diario.
Las versiones coinciden: el menor aprehendido es señalado como hijo de una “conocida transa del barrio Hermano Indio”, a quien ya habrían apresado por causas similares, con drogas y armas de alto calibre.
Hay quienes sospechan que podría tener cierta impunidad producto de algunas relaciones familiares vinculadas a espacios de poder, aunque otros tantos aseguran que no sólo no hay vínculo alguno más que, en cualquier caso, el inevitable sanguíneo.
Quienes están cerca de las investigaciones de este tipo confiaron a La Opinión que nunca recibieron algún tipo de pedido al respecto por personas vinculadas al poder político, judicial o policial. Ni a favor ni en contra. Simplemente los dejan hacer, sea cual sea el resultado.
Otro imputado que recuperó la libertad
Este semanario publicó en su momento la detención de Damián Huesa, de 24 años, ocurrida el 21 de mayo en una precaria vivienda de La Laguna al 2000, donde secuestraron 79 envoltorios de marihuana prensada que pesaban en total unos 256 gramos; un revolver calibre 22 marca Pasper; cinco proyectiles del mismo calibre; 160 pesos; y ocho celulares de distinta marca y gama.
Huesa fue aprehendido y puesto a disposición de laJusticia, imputado por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización” y “tenencia ilegal de arma de uso civil”.
La semana pasada fue excarcelado gracias a los buenos oficios de su abogado particular. Aun así, quedó imputado y las investigaciones siguen. De hecho, de ese caso se desprendieron otras líneas que procuran establecer vinculaciones de los kioscos de drogaslocales con los distribuidores del barrio Las Flores, uno de los más peligrosos refugios de delincuentes en Rosario, la capital narco del país.
En los pasillos judiciales se preguntaron cómo es posible que este imputado, al igual que otros acusados por delitos similares, puedan pagar la clase de abogados que los defienden si es que no tienen, como aseguran, ninguna participación en la comercialización ilegal de estupefacientes. El excarcelado Huesa, de hecho, declaró que su profesión es la de albañil.
En la misma zona hubo luego otros allanamientos. En uno de ellos resultó detenida Vanesa Quinteros, de 30 años, quien fue apresada en el momento en el que se disponía a entregar una venta a un joven que resultó ser nada menos que hijo de una directora de escuela secundaria.
Acusada de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y trasladada a la Comisaría en calidad de aprehendida, la imputada recuperó su libertad al otro día y en esa condición permanecerá mientras se sustancie la investigación.