El emotivo relato de Gustavo Liloff tras superar el coronavirus
El consejero escolar atravesó el covid con angustia y el temor constante de no saber cómo terminará todo. Recordó a su amigo Fernando Cajide, y agradeció el trabajo de los médicos que lo acompañaron y le brindaron el cariño necesario en los momentos más difíciles.
No todos se animan a relatar en primera persona lo que es transitar el coronavirus, lo que significa aislarse de la familia, dejar todo de un momento a otro, compartir días con personas que atraviesan situaciones similares o peores, pero a la vez descubrir a personas con un corazón enorme, médicos que por vocación se pusieron al hombro una situación indescifrable pero se llevan con orgullo el agradecimiento de la comunidad.
El consejero escolar Gustavo Liloff, transitó el covid con altibajos, sufrió la pérdida de seres queridos y hasta pensó que no superaría este trance. Ya de alta hizo un crudo y sentido relato de lo que es transitar la enfermedad sin tener certezas de cómo terminará todo, pero valorando el acompañamiento de los médicos, de la familia, resaltando la presencia de su cuñada y su suegra, quienes estuvieron desde el primer minuto para que todo sea mucho más llevadero.
“Tengo un acuñada de hierro que estuvo en todo momento, y doy gracias a dios haber conocido a estos médicos”, contó en Sin Galera.
“Es una alegría bárbara pero no puedo salir del shock emocional que me produjo todo esto, de lo que costó, lo que se perdió en el medio y el agradecimiento a la gente que estuvo incondicionalmente sin conocer a nadie de mi familia, es realmente es de oro, y todavía no los conozco, por ejemplo a la doctora Schallibaum.
“No sabés lo qué es, lo que hacen, el trabajo que se toman, quedé impresionado. Te aconsejan, te sacan el turno que tenés que tomar, te llaman, te hacen el aguante, quedé impresionado por todo lo que hacen”, remarcó Liloff.
“Sabiendo que en San Pedro hay profesionales como estos me quedo tan tranquilo. Guillermo Sancho también, están a dos manos y atienden con su mejor cara, lleno de gente”.
“La gente que no ha pasado por esto no sabe de los profesionales que tenemos en San Pedro. El tema es cómo te hacen sentir, siempre acompañado”.
Liloff se refirió al momento en que estuvo internado y la inolvidable experiencia de compartir ese momento con otros vecinos sampedrino que aun lucha por salir adelante. “El señor Carlos Abatángelo, que todavía está internado, es sensacional. Carlos tiene mucha fuerza, hablamos mucho, es un tipazo. Yo lo conocía ahí, nos dábamos una mano, nos alentábamos y las enfermeras lo mismo”, recordó.
“Yo estuve internado con oxígeno un día, y como tenia oxígeno en mi casa me pude ir, pero tuve que armar mi casa y allí Erica Schällibaum me aconsejó, ella me indicó cómo hacer”.
“Me trajeron el tubo de oxígeno con la mascarilla, y me enseñaron cómo hay que regularlo, después lo maneja uno, pero no dormís nada”, manifestó.
“El tema del oxígeno es un tema social, porque hay gente que no lo puede hacer”.
“Yo tenía otra mirada de esto, pero ahora que lo pasé tengo una mirada totalmente diferente, la vida me cambió porque pensé que no iba a salir, saturaba muy bajo. De ánimo siempre me llevé bien y creo que lo importante es pensar en mis hijas, yo tenía que salir adelante por mis hijas”, reconoció Gustavo Liloff. “Pero bueno, salí adelante por el apoyo de todos”.
“Quedé perplejo, por esta gente que te ayuda en todo momento, es increíble, no te dejan solo, es invalorable”, dijo emocionado.
“Las personas actúan de otro modo, la solidaridad de la gente en los consultorios, en las habitaciones, es increíble, todo”.
“Quedé perplejo, por esta gente que te ayuda en todo momento, es increíble, no te dejan solo, es invalorable”
“El transitar de la enfermedad es terrible, yo no podía caminar ni un metro, es tremendo”, y remarcó: “los miedos quedan, no se duerme, cambian muchas cosas, porque realmente uno ve la muerte muy de cerca”.
Gustavo Liloff recordó a su compañero de trabajo en el consejo escolar y amigo Fernando Cajide, fallecido de covid: “con Nano cursamos casi juntos la enfermedad, pero ese golpe me pegó mal, aun hoy no lo puedo creer. Lo lamento mucho, él mismo me decía que íbamos a salir adelante”.
“Nano era un ser humano excepcional, y no pudo salir”, recordó claramente sentido por la muerte de su amigo.
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