El escándalo en el Cementerio es mayúsculo: redujeron un cuerpo “fresco”, al que le faltaba la mitad del tiempo obligatorio
La investigación que tiene a empleados del Cementerio involucrados en sumarios administrativos y causas penales tiene varios casos, pero uno de ellos, a cuyo detalle accedió La Opinión es escalofriante: redujeron de manera clandestina el cuerpo de una persona fallecida hace 17 años cuyos parientes recuperaron los restos que estaban tirados. Ahora hay que certificar que se trata de ese fallecido, por lo que no se puede tocar nada en la bóveda, donde hay varios ataúdes de diversas ramas familiares.
A medida que avanza la investigación, el escándalo del estafador del Cementerio y sus cómplices es mayor y más escalofriante. Entre los diversos casos que forman parte del sumario administrativo y de las causas penales en su contra, hay uno que es terrible: les cobró a familiares de una persona fallecida por reducirles el cuerpo de otro pariente muerto que apenas había cumplido la mitad del plazo que establece la ley para las reducciones.
El caso es uno de los que se ventilaron en el verano y que desataron el escándalo que sobrevino luego. La bóveda es de una familia donde convergen diversas ramas, por lo que son varios los fallecidos cuyos restos están, en sus respectivos ataúdes, en su interior.
Todo comenzó cuando falleció una mujer. Para que sus restos descansen en esa bóveda había que hacer lugar, porque no entraba. Allí aparecieron el famoso empleado estafador y sus secuaces.
Ofrecieron reducir uno de los cuerpos y en su lugar colocar a la persona fallecida recientemente.
Les explicó que para hacer la reducción hay que hacer un trámite mucho más engorroso y caro que pagarle a él, que podía hacer el trabajo sin mayores problemas en cuanto recibiera el dinero. Y así fue: no se podía hacer el trámite por la vía legal porque la bóveda tenía una deuda.
La Opinión logró conocer que existen videofilmaciones que muestran al empleado en cuestión junto a un cómplice en plena acción, un caluroso día a las tres de la tarde. Las reducciones en la necrópolis local, siempre y por protocolo interno, se practican a la mañana temprano.
“El cuerpo estaba fresco”, les dijo el director del Cementerio, Américo Quintana, a familiares de otras personas fallecidas que están en esa bóveda cuando les explicó que no se podía tocar nada de adentro porque está todo bajo investigación.
“¿Fresco?”, se preguntaron. Claro: el cadáver que redujeron tenía 17 años de fallecido, por lo que no podría haber sido sometido a esa práctica, ya que la ordenanza que establece que “los cadáveres de las secciones, panteones, bóvedas, sepulcros y nichos comunes solo podrán ser exhumados para su reducción después de 30 años de tumulados”.
Al cuerpo le faltaba casi la mitad del tiempo. Por eso dijeron que estaba “fresco”, como le llaman en la jerga a los que no cumplieron el plazo.
En el insólito relato obra que el marido de la mujer fallecida y sepultada en lugar del cadáver reducido fue hacia la zona ubicada detrás del cementerio a buscar los restos de su suegro y los recuperó. Pero la bolsa en la que lo habían tirado se rompió y tuvo que recoger parte del cuerpo del piso, desparramado por doquier, y colocar en otra bolsa lo recuperado.
Ello generó dudas en la familia respecto de si acaso los restos recuperados pertenecen al cuerpo de su pariente fallecido. Por la ropa —un chaleco blanco, un jean claro, un cinturón reconocible— están seguros de que sí. Pero de todas maneras, entienden que la Justicia deberá proceder a una identificación oficial.
En medio de la polémica, que también incluye una disputa intrafamiliar respecto de las responsabilidades en lo ocurrido, hay quienes quieren llevarse los restos de sus padres o abuelos a otro lugar, pero “no se puede tocar nada porque está judicializado”, recibieron como respuesta.
“Si vos tocás el cajón y está para reducir, eso se nota porque está livianito, ya no está el cuerpo entero”, explicó un conocedor del funcionamiento del Cementerio. En este caso, sacaron el ataúd con el cuerpo completo, que luego un familiar logró recuperar en bolsas que están en la bóveda a la espera del avance de la investigación.
Para la reducción, la mujer que hizo el trámite clandestino firmó un papel que no aparece y que todos desconocen. Es a todas luces un documento apócrifo sin ningún tipo de valor oficial.
No le dieron copia y se lo quedaron los empleados que hicieron la tarea.
Cuando el yerno, que recuperó los restos, fue a quejarse con el director del Cementerio, Américo “Cacho” Quintana, el funcionario se percató de inmediato que estaba ante una situación irregular y le pidió que proceda a hacer la denuncia. Así lo hizo en la Municipalidad, desde donde además lo instruyeron para que haga lo propio en Fiscalía.
En la Dirección de Asesoría Letrada, que instruye el sumario, además del video que los muestra a las tres de la tarde procediendo a la reducción clandestina, tienen que estar los videos del momento en que los restos fueron hallados tirados y desparramados, porque eso también fue filmado.
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