Los puestos laborales no abundan pero a la hora de una oferta o solicitud no todos conocen los requisitos que quien decide tendrá en cuenta para una selección. No siempre sirve confeccionar un currículum que luego se postula para cualquier posición laboral; por lo tanto conviene ajustarlo y adaptarlo a cada requerimiento.
En la zona, las ofertas laborales que no requieren calificación previa se reducen a los jornales en el sector rural a los que puede adaptarse cualquier persona, lo mismo sucede con el sector de empleos informales como ayudante de un taller, agencias de delivery o emprendimientos por cuenta propia que se basan en una buena proporción entre el tiempo que se destina al negocio y el que luego derivará en buenos cálculos para que sea rentable.
Actualmente, la Oficina de Empleo es la que recepciona postulantes y la que no en todos los casos es consultada por las empresas. De todos modos, vale la pena dejar en su banco de datos una copia de CV.
¿Qué conviene tener en cuenta para no fallar cuando uno se postula a un empleo?
Aquí van algunos consejos básicos y una recomendación que surge de las experiencias locales lleva directamente a la disposición para aprender. Un evaluador que escucha la frase “estoy preparado para aprender todas las tareas que nunca he desempeñado” se predispone mejor a escuchar y medir el deseo de quien aspira a un lugar en una empresa o comecio.
Antes de pensar en la redacción del currículum conviene revisar las redes sociales. Linkedin es imprescindible para los profesionales y las ofertas de trabajos a distancia, pero Facebook e Instagram, requieren de una mirada especial. El consejo de las principales consultoras de empleo del país es observar minuciosamente el comportamiento y las publicaciones de fotos, reportes, opiniones e incluso preferencias. Ahí la pregunta es si con la simple lectura de tus propias redes quien te contrate se llevará alguna idea de tu personalidad o tu capacidad de expresión. Twitter es mucho más específica y el solo hecho de tener una cuenta también define a personas que suelen participar de debates públicos que requieren de destreza en el lenguaje y síntesis en la expresión.
Finalizado el ejercicio es importante que encuentres un formato para tus datos personales y que el diseño sea adaptable. Si se deja en una oficina de empleo debe ser lo más estandarizado posible: datos personales, datos de contacto, edad, estudios cursados, experiencia laboral y referencias son imprescindibles. También se puede resumir en no más de 10 renglones una propuesta de intereses tales como “me interesa capacitarme, hacer nuevas experiencias, etc”. Nunca dejes que sea pequeño el espacio de tus vías de comunicación y la certeza de la vía por la que vas a recibir mensajes. Antes era un correo electrónico solamente, hoy es imprescindible un contacto de whapp y que también tengas preparada tu postulación en formato PDF o similar porque muchas veces el papel ya no es necesario.
Si la postulación es para un puesto específico y se tiene la posibilidad de conocer quién es el potencial empleador, es recomendable averiguar la máxima cantidad de datos posibles para saber de antemano cuáles serán los perfiles más adecuados. Esto no quiere decir que hay que “inventar” fortalezas que no se poseen sino subrayar la formación, las responsabilidades que se está dispuesto a asumir y el trabajo que tengan relación con la vacante. También hay que dejar lugar a aquellas aptitudes de tu formación que puedas destacar como cursos de especialización, certificados y otros talentos que evalúes como importantes para el lugar al que se intenta llegar.
Cuando llegue el momento de responder a la remuneración pretendida conviene estar preparado con una base que implique una suma básica que te permita permanecer en el puesto y manifestar las posibilidades de crecimiento. No temer preguntar si el empleador ofrece beneficios especiales o capacitación que pueda aumentar tu experiencia.
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