En la semana del “Día del Maestro” una mirada a Sarmiento por el Ingeniero Osvaldo Valenzuela
El 11 de septiembre la comunidad docente celebró el “Día del Maestro” con diferentes eventos y reuniones para homenajear a quienes eligieron esta loable profesión. El Ingeniero Valenzuela, activo colaborador de la Asociación de Amigos del Patrimonio Histórico de San Pedro repasa la historia del educador
En 1943 durante la primera Conferencia Interamericana de Educación, reunida en Panamá, se estableció como Día Panamericano del Maestro en las Américas al 11 de septiembre en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento, por la fecha de su fallecimiento en 1888.
Sarmiento nació en 1811, un año después de la Revolución de Mayo. Durante su niñez se asegura la independencia del país, pero crece y vive en una época de guerra civil marcada por la grieta entre los Federales y Unitarios enfrentados por un modelo de país. Sarmiento era unitario, combatió a los caudillos federales en todos los frentes con la pluma, la palabra y el fusil, enemigos no le faltaban.
Un autodidacta, sin estudios formales, el doctorado de Sarmiento fue otorgado por causa honorífica (Honoris Causa) por la University of Michigan el 24 de junio de 1868, antes de ser Presidente; nunca estudió en una Universidad ni hizo una tesis. Fue un hombre pragmático, apasionado, orgulloso, engreído, polémico, debatidor, empecinado y entusiasta; pero también agobiado y abatido por las frustraciones cuando no podía lograr sus propósitos, y sobre todo la falta de reconocimiento lo desmoralizaban mucho. Su pensamiento y visión de país lo manifestó publicando sus escritos durante toda su vida, su obra es inmensa con más de 15.000 páginas y todas sus obras están disponibles. Siempre que se lo convocó a algún cargo público, se sabía a quién se llamaba.
Él contrasta la realidad de un país extenso, disperso, con una población sin instrucción con una cultura basada en la cotidianeidad, sobreviviendo a lo agreste del desierto (referido a la falta de población no a una región climática) a lo que denomina “barbarie” en contraposición, él habla de “civilización”, marcada por una visión europeizante, inmigración, educación, agricultura e industrialización. Su accionar como escritor y periodista, político, militar y pedagogo, subrayan su amplia trayectoria como estadista.
Fue el tercer presidente constitucional de la Argentina entre losaños 1868 y 1874, sucediendo a Bartolomé Mitre y este a Justo José de Urquiza, por lo que fue parte de los inicios de una nueva Argentina.
La idea de Sarmiento era revolucionaria en aquella época: acceso para todos y sin intervención de la Iglesia, educación pública, gratuita y obligatoria. Aunque la Ley de Educación 1420, que establecería finalmente la educación pública, obligatoria, gratuita y laica en el país fue votada en 1884, bajo la presidencia de Julio A. Roca y 14 años después del mandato presidencial de Sarmiento.
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