Durante los Siglos XVII y XVIII la esclavitud fue el fenómeno mundial por excelencia: los grandes países imperiales, Inglaterra, Francia, eran los principales “abastecedores” de ese negocio, en especial traficaban personas de raza negra; pero no hubo sólo esclavos de raza negra, también los hubo de raza blanca y amarilla. Toni Morrison la exquisita escritora de color describió en una novela “Beloved” ese fenómeno como multiracial, poco conocido por la generalidad de las personas.
¿Qué era -es- la esclavitud? Además de ausencia de libertad, implica una serie de comportamientos disvaliosos, sádicos, perversos, de unos seres humanos hacia otros: manejarles la vida, el honor, el patrimonio, los hijos, sus parejas, etc. etc. En la Argentina nuestra Asamblea del año XIII fue pionera en su abolición: decretó la Libertad de Vientres y fue un principio de humanidad que se respetó y consolidó en nuestra Constitución Nacional. Muchos años después lo hicieron otros países en América, como Brasil y E.E.U.U. Sin embargo una suerte de esclavitud se ha vivido en las poblaciones americanas (y mundiales, claro está), a partir del advenimiento del capitalismo deshumanizado e insensible. Los esclavos como tal desaparecieron, pero grandes legiones de trabajadores fueron explotados porque se les exigía el trabajo de “sol a sol”. Esa gente sufrió casi las mismas humillaciones que los antiguos esclavos.
Mi madre, Mabel Otilia, a los 8 años iba a trabajar al campo y juntaba maíz con una maleta que era casi más alta que ella. Muchos contemporáneos saben de qué hablo. Y evoco los años 30, la de la “década infame”, cuando gobernaba el país una clase rica y conservadora, luego de desalojar a Don Hipólito Yrigoyen del poder. Hace poco la Comisión Nacional de Trabajo de Trabajo Rural fijó topes máximos de horarios de trabajo. Algunos se escandalizan con eso, como se escandlizan cuando conocen el poder y el desarrollo que obtuvo Milagro Sala en Jujuy y su organización Tupac Amaru. Morales, Jenefes y otros popes políticos, preferirían que Milagro y su gente, 95% de origen Aymara que apenas hablan castellano, sean trabajadores mineros o algo por el estilo. Y que se vayan muriendo alrededor de los 40 años, como debe ser la vida de un buen minero que se precie… Qué tanto talleres, empresa – cooperativa, coches, subsidios del gobierno para trabajar y ser dignos ni qué diablos!!! Ese es el mensaje de esta “gente bien” que se horroriza cuando ven a estos Ex-Esclavos ahora liberados y además dueños de su propio destino…
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