Falleció Luis “Tito” Franzoia, un emblema de la educación física y apasionado por el deporte
Tenía 87 años y estaba en su casa al momento de su deceso. Fue, junto a Emilce Contreras, el primero en estudiar y recibirse de profesor de educación física en la ciudad y el director del CEF N° 14 cuando se fundó.
Falleció este miércoles a los 87 años Luis “Tito” Franzoia, un emblema de la educación física en San Pedro y apasionado por el deporte que dejó una huella imborrable en la docencia, sobre todo en aquellos que lo tuvieron de profesor.
Su deceso, producto de un paro cardíaco en su casa mientras descansaba, se confirmó hoy al mediodía. El 6 de junio iba a cumplir 88 años. Cuentan sus seres querido que se encontraba bien y resguardado y hacía pocos días había recibido la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19.
Si había una voz autorizada para hablar de docencia y educación era la de “Tito” Franzoia. Con medio siglo de profesor sobre sus espaldas era sin dudas el más reconocido y respetado de todos, una línea en la que solo lo puede igualar Emilce Contreras quien falleció el 9 de noviembre pasado tras contagiarse coronavirus. Junto a ella, fue uno de los primeros en estudiar educación física en Capital Federal en el ISEF Nº 1 Enrique Romero Brest y egresó el 23 de Diciembre de 1956.
Franzoia fue también el primer director que tuvo el Centro de Educación Física (CEF) N° 14, que lo despidió en su cuenta de la red social Facebook con un sentido mensaje. Es por eso que se va una persona irremplazable, un personaje de los que hoy no abundan y que deja un vacío imposible de llenar, en todo sentido. Admirado, querido y agradecido de todo lo que pudo ser en su vida.
Líder como pocos, en su juventud sobresalió como deportista, jugando al básquet y al fútbol en su querido Paraná, representando a la ciudad en toda competencia de atletismo que surgiera como en las épicas Olimpíadas sampedrinas que se desarrollaban en el Estadio Municipal, su segunda casa.
“A la mañana trabajábamos en la colonia de Olivos y al mediodía nos íbamos a Chacabuco y volvíamos a dormir al instituto”, recordó “Tito” en una entrevista que concedió a La Opinión en el patio de su casa de calle Salta. “Yo andaba de novio con quien ahora es mi esposa, entonces para venirme a San Pedro tomaba un tren y, luego de hacer varias combinaciones, llegaba alrededor de las 23.00. Andaba de novio hasta las 2.00 y a las 4.00 me tomaba el tren de vuelta”.

Ya como profesor, además de Buenos Aires, trabajó en San Nicolás, Ramallo y Baradero, hasta conseguir las horas necesarias que le permitirían hacer una carrera extraordinaria como docente en nuestra ciudad. “Yo fui formado y criado en regímenes autoritarios. El instituto era muy formativo y su director muy, pero muy estricto. Me tuve que ir adaptando, ir cambiando. Me costó cambiar, tener que soportar que algún alumno se parara y me discutiera, escucharlo, tener que darle explicaciones”, señaló en aquella entrevista.
Pasó por varias escuelas y sobresalió cuando junto al director de la Industrial Victorio Babini impulsaron el proyecto que concluyó con la construcción del gimnasio, una obra única para la época, con piso de parquet y tribunas.
También incursionó en la política. En 1963 y 1983 fue candidato a intendente por el partido Democracia Cristiana, pero no prosperó. Si bien siempre que se lo convocó participó, se dio cuenta que su vida estaba en la docencia.
Franzoia fue el primer director que tuvo el CEF N° 14
Después llegaron otros desafíos como ocupar cargos directivos. En la Escuela Comercial, por ejemplo, impulsó varias carreras y supo transmitirles a los más jóvenes la esencia de la educación, sin secretos, sólo con respeto, vocación y seriedad. “A la educación le hace falta volver a ser práctica porque ahora es una gran cantidad de contenidos teóricos que solo llevan al fracaso a los chicos en la universidad”, afirmó en esa nota.
Se fue Luis “Tito” Franzoia, con más de 50 años de docencia deja esa voz algo ronca pero autorizada para analizar el estado actual de la educación, los cambios de los sistemas y sus consecuencias. Esa voz que a pesar de su ausencia seguirá recorriendo las escuelas y gimnasios que supo caminar.
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