Varios sectores de la ciudad reclaman por la falta de presión de agua y puntualmente apuntan al deterioro del servicio. El derroche en piletas y el alto consumo también juegan su papel y dejan al sistema de bombeo en riesgo. El agua que sobra está en las pérdidas que no merman porque las arreglen sino porque hay menos circulante. Lectores de La Opinión y oyentes de Sin Galera hacen llegar sus reclamos en forma permanente ante la falta de atención en Obras Sanitarias.
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