La primera convocatoria de la tarde de ayer para recibir el Año Nuevo y que ya está en manos del Juzgado Federal de San Nicolás fue sorprendente por sus más de doscientos asistentes y la aprehensión de su organizador, un joven de 25 años que utilizó una finca de calle Gomendio 3280, pero no fue la única.
Horas más tarde, la policía llegó a otros dos lugares donde se congregaban alrededor de dos centenares de jóvenes en cada una.
El primer llamado de vecinos para denunciar lo que acontecía en el barrio progino de la zona de calle Almafuerte y Pavón. Allí estaban en pleno festejo cuando los concurrentes fueron invitados a retirarse y trasladaron a sede policial al organizador del evento, un chico de 25 años que ahora está acusado de quebrantar el distanciamiento social y contribuir a la propagación de la enfermedad tal como describe el artículo 205 del Código Penal.

La otra tuvo lugar en un domicilio de calle Caseros y Aníbal de Antón. El responsable de la fiesta tiene 29 años y de allí al menos otros 200 asistentes fueron obligados a dispersarse.
Entre sábado y domingo son más de 600 los jóvenes que asistieron a este tipo de encuentros de los que no hay constancia si abonaron entradas como sucedió en otras oportunidades.

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