Geriátrico de la vergüenza: por qué se frenaron multas y órdenes de clausura
La inspección sorpresiva del establecimiento dejó imágenes crueles para el trato que dispensan a los internos. "Sólo tengo una denuncia", dijo la Secretaria de Salud y pidió ayuda a quienes puedan proporcionar información.
Desde que la Dra. María Vargas ingresó junto a Diego Lafalce al geriátrico San Francisco de Asís, las versiones de maltrato y abandono comenzaron a crecer a la par de videos que los vecinos de esa zona hicieron llegar a La Opinión.
Los internos, proceden de distintas ciudades, instituciones, obras sociales o son pacientes psiquiátricos que dependen de decisiones judiciales para establecer su morada. Hace pocos días falleció una joven que fue sepultada en el cementerio local sin que trasciendan los motivos de su deceso.
La pregunta es por qué una orden de clausura y una multa de un millón de pesos que debía ejecutarse en mayo “se demoró” y en cambio fue reemplazada pro una inspección que ordenó varias refacciones y mejoras en el mes de noviembre. Un poquito de pintura, plantitas en el jardín pero nada de seguridad eléctrica, baños en condiciones y con intimidad, habitaciones con colchones aceptables y comida suficiente, entre otros puntos que formaban parte de la simulación de un control escaso.
Son sumamente recordados los antecedentes de lugar; desde un abuelo que escapó por la ruta en silla de ruedas a otro que fue rescatado a los empujones desde la calle al establecimiento y quedó grabado en un video que ocasionó un airado reclamo por parte del dueño del lugar.

Todo huele mal en las relaciones que unen al sistema sanitario, a los agentes judiciales que tiene a su cargo las curatelas o tutelas para la administración de bienes de personas que no están en condiciones de tomar sus propias decisiones y a los que deben hacer respetar la legislación vigente con controles estrictos. En los geriátricos viven personas cuyos derechos no siempre son respetados. En este que desde hace décadas acarrea problemas y está a cargo del Dr. Julián Gómez, es bastante peor. Se han escapado abuelos, hay jóvenes lesionados e incluso alguno con lastimaduras producto de la sarna, personas que duermen atadas y habitaciones donde permanecen hacinados varios residentes. La intimidad, no es una posibilidad en este “hogar” de calle San Martín al 2900.
Puede interesarte
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión