Los días fueron pasando y el corazón se ha ido fortaleciendo tras este duro y repentino golpe que comienza aliviarse mientras merma el dolor físico de Hernán y se dosifica el impacto emocional de todos los que estamos pendientes de su propio dolor y sufrimos con él.
Las cicatrices comienzan a sanar, los moretones se aclaran y las fracturas operadas pretenden soldar ayudadas por clavos que nos ilusionan y no se empeñan en arrastrar nuevas complicaciones…
El ánimo promete ganas de recomenzar… será una recuperación larga aunque con la dicha de saber que; los pasos serán hacia adelante!
Imposible agradecer o devolver todo el afecto recibido… los mensajes, los llamados, las palabras de aliento, los abrazos y besos que llegaron en directo y los que viajaron pocos o miles de kilómetros y han atravesado la distancia. La contención a las niñas Anita e Isabella; ese absoluto y sincero amor que ellas recibieron! A los bomberos, a los médicos, enfermeras, al hospital, a los periodistas, a los amigos entrañables, a la familia entera y amada, a los firmes compañeros de trabajo, a los que han rezado, a los interesados y a los que no sé en qué categoría destacar pero han sido acompañadores permanentes que con buenas energías han ayudado y ofrecido todo en la recuperación; nos han hecho pasar mejor este mal trance y eso es impagable! Imposible de devolver, de gratificar…
Dicen que de lo malo hay que sacar algo bueno… yo me inclino por valorar infinitamente esta nueva oportunidad que tenemos por delante y vivir plenamente todo lo que se pueda… reírnos más, divertirnos más, desactivar el tiempo y hacer pausas para permitirnos relajarnos y pasarla bien porque pese a las adversidades o tristezas, la vida nos va ofreciendo buenos o nuevos motivos para seguir y nos demuestra que es linda y más linda aún si podemos disfrutarla y valorarla.
Desbordados de cariño les agradecemos a todos por tanta generosidad y acompañamiento.
Sabiamente, dice Eduardo Galeano, que la felicidad es un trayecto y no un destino y que por buscarla, esperarla… la vida se va… y entonces perdemos de vista qué hay que dejar de esperarla ¡y construirla nosotros mismos como se pueda!*
Hernán, Ana Luz, Isabella y Lucía
* A la bombera Andrea Bon, al Dr. Pablo Gallo, a Eduardo Dlapa, a la Dra. Eduardo Seren, Verónica Macagno, al Dr. Fabián Taurizano, a la Dra. Clara Bilbao, a las enfermeras Gladys Basaldua, Mary Arias, Nora Blanco, al Sr. Ferragut que se lastimó la mano por ayudar, al cuerpo de Bomberos y Hospital de San Pedro y al que se ocupó de localizarnos, Omar Bastía y a su Sra. Natalia Fuertes que son amigos de “los Santi” desde hace mucho tiempo.
Especialmente a los que estuvieron ahí, en el momento en que más fuerza y energía se necesitaba.