Historias de "la china": con Rainbowex "llegué a tener cuatro millones y puse cien mil pesos"
Es un empleado que por mes no supera los 350 mil pesos de sueldo, miraba a diario cómo se acumulaban los USDT que figuraban en la plataforma y cree que no vale la pena hacer la denuncia. Los relatos que llegan a La Opinión & Sin Galera a más de un mes de silencio tras la caída de la plataforma.
Tiene menos de treinta años, trabaja en un minimercado y desde el mes de mayo cuando llegaba la “chinaseñal” seguía atentamente las instrucciones. Tenía 100 mil pesos y recibió la invitación de su primo para ingresar a la plataforma de “trading”.
Nunca había utilizado Telegram y el día en que se acercó a La Opinión a preguntar por los riesgos que corría su dinero, tenía miedo. No quería ni enterarse que sus cuatro millones de pesos habían ido a parar al bolsillo de otro; tampoco podía entender de qué modo se había esfumado su inversión.
Tras acceder durante varios minutos a la trastienda de la investigación, comprendió que los tres millones noveientos mil pesos de diferencia entre lo que “invirtió” y lo que pansaba “sacar para las fiestas”, no existieron nunca y que alguien desde mayo disfruta de los ahorros que tanto le costaron.
Su historia es similar a la de muchos otros y, por supuesto, no va a radicar la denuncia. “No sirve, nadie me va a devolver”, estimó el muchacho cuyo nombre se mantiene en reserva y que utilizó la herramienta que puso a disposición Guido Marlowe para consultar si la persona que lo invitó ganó o perdió plata.
"Mi cuñado también perdió", dijo para agregar que “igual pudo retirar más de lo que puso” y allíí sobrevino la segunda explicación porque si su familiar sacar más plata de la que ingresó, se quedó tambén con el dinero de otros.
Difícil de asumir y menos de comprender que fueron casi cuatro meses de ilusión con entretenimiento, anécdotas y especulaciones sobre “la china” que “tanto ayudó a la gente” a prosperar. El joven puso ejemplos de allegados que incluso llegaron a comprarse un terreno y sacar un préstamo para poder construir.
En este caso no habrá quejas ni brindará testimonio en fiscalía. Cree que no vale la pena y que si en el lugar donde trabaja se enteran “va a ser peor”. Al igual que Adriana, la mujer que desde Italia contó como perdió 1600 euros, prefiere olvidarse a discutir o enemistarse con sus hijas.
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