INTA: el Gobierno ajusta y en San Pedro se perdería gran parte del campo experimental
El anunció de la “modernización” está hecho. Menos dinero, menos empleados y menos superficie para desarrollar las investigaciones. El predio de la Ruta 9 podría reducirse a 14 hectáreas. El resto, quedaría en disponibilidad para su venta.
El Gobierno Nacional anunció “el plan para modernizar el INTA”, que estaría acompañada de la reducción de personal y la venta de inmuebles, entre estos una gran parte del campo experimental que la institución posee en la Ruta 9, km 170, de San Pedro.
Si bien en los últimos días las versiones existían, inclusive hubo portales del sector agropecuario que aludieron al tema, la semana pasada fue el portavoz del Gobierno quien anunció la reforma.
Desde el Poder Ejecutivo se argumentó que, “si bien es un organismo fundamental para el desarrollo del campo argentino, los objetivos fueron desvirtuados por la gestión anterior", y que "desde el año 2007, el INTA se enfocó en temas que nada tenían que ver con la productividad agrícola, como las cuestiones de género, los falsos mapuches y la agricultura familiar”.
Asimismo, indicaron que el 50% de sus 6.852 empleados actuales, los mismos ingresaron “durante los gobiernos de Cristina Fernández entre 2007 y 2015”, haciendo que se desembolsen 250 millones de dólares al año hacia el INTA, de los cuales el 90% se destina a pagar sueldos.
Detrás de lo que interpreta el Gobierno, existen aspectos indiscutibles sobre el funcionamiento de lo que es el principal centro de investigación del Estado, volcado al sector productivo.
Tal vez esto se ignore, especialmente la relación entre la entidad y la comunidad, más allá de la cantidad de personal y la superficie que destine a cada trabajo.
En el caso de San Pedro, la Estación Experimental ha sido una guía para cada emprendedor y un proveedor inagotable de conocimiento, resultado de sus investigaciones, que se ha traducido en reconocidos logros, desde novedosas variedades de hortalizas hasta de frutales de carozo y cítricos, entre otros.
También la función de la Agencia, que a lo largo de su existencia asesoró y trabajó junto a los productores en sus emprendimientos, apuntalando cada iniciativa.
Tal vez sea la participación privada la que supla el presupuesto que el Estado pretende ahorrar con esta medida. Lo que no podrá remplazar será el esfuerzo de muchos, pese a que durante años también se ocuparon de la optimización de los recursos para alcanzar mayores éxitos. Y menos, el vínculo inalterable con el hombre de campo.
Si esto se concreta, en el caso de la Estación Experimental, se quedaría con 14 hectáreas. Las restantes 101 serían comercializadas.
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