La abuela que cuida a Julito y espera una operación
"Se sacó la rodilla" en febrero de 2022, esperó hasta diciembre para poder operarlo en La Plata. El joven que de menor fue diagnosticado con autismo viaja en colectivo, su mamá y la abuela duermen en un banco y ahora le detectaron una luxación en la cadera. "Por eso caminaba como patito", dijo la abuela sin quejarse.
Hace más de una década Julito se encerraba en un ropero en casa de su abuela sin más explicación que algunos gritos que no lograba articular. Su mamá, con una discapacidad que le impide estar a su cargo esperaba que en algún momento de sus cinco o seis años comenzara a hablar. Un día, escuchando radio, el nene comenzó a aprender el recitado de una canción que entonaba la murga “Los Duendes de Caballito”.
Tanta fue la alegría por esa reacción que su abuela se acercó para pedir esa canción y estimular al nieto que hasta entonces no había sido diagnosticao. Para ella, la palabra “autismo” era una novedad. Quiso aquel milagro que Julito pudiera comenzar a asistir a una escuela, desarrollar habilidades, cobrar una pequeña pensión y hasta operar una consola de sonido. Cada tanto, su abuela llama, cuenta sus progresos cuando ya ha alcanzado la mayoría de edad.

Orgullosa relata siempre los logros de Julio y cada tanto relata algunas de las dificultades de las que no se queja porque se le ha hecho costumbre peregrinar y esperar.
“Te saluda la abuela de Julito, tu amiguito. Te comento que el año pasado él se sacó la rodilla, le hice kinesiología y parecía que estaba bien. Se la volvió a sacar, y después se la volvió a sacar, así que ya me dijo el médico que hay que operarlo. ¿A dónde operarlo? acá en San Pedro no hay. Yo me fui al hospital San Martín de La Plata, pero ahí me entero, para entrar al hospital San Martín hay que deambular mucho. Así que de San Pedro no hay nada que te lleve allá antes de las 6 de la mañana. Así que con Julito y Julieta nos íbamos un día antes, llegábamos al Hospital San Martín a las 2 de la mañana, más o menos, y ahí sí te dejan entrar a esperar, todo. Cuando consigo turno, recién era diciembre. Te digo que Julito se sacó la rodilla en febrero. Bueno, me dicen que las operaciones terminaban los presupuestos a fines de diciembre, así que volviera después. En enero fuí el 17, me hicieron todos los estudios, porque los de acá no servían, me hicieron todo nuevo y tengo que esperar ahora que me llamen. Pero tuve que deambular un año. De acá, de San Pedro, no hay nada que te lleve, nada. Somos tres personas, decí que tenemos certificado de discapacidad, que podemos viajar gratis. Pero no sé cómo hace otra persona, nosotros tenemos que dormir ahí en el hospital de La Plata en un banco, esperando la hora que abran para atendernos. No sabés todo lo que tuvimos que deambular, pero ahora por suerte a Julito ya lo terminaron de atender, y ahora estamos a la espera del turno de su operación. Que es una operación de rótula de rodilla con cirugía plástica. A parte me dijeron que todas las personas que lo revisaron desde que era chiquito, porque yo nunca lo dejé de atender, nunca se dieron cuenta que él tenía una leve luxación de cadera. Por eso caminaba un poco como patito. Así que ellos también van a ver qué hacen con eso, te quería comentar eso, cómo son las cosas”, decía el mensaje de audio que una vez más llegó a Sin Galera no como queja, sino como informe de la doble vara con la que se respeta el derecho humano de un paciente que necesita diagnóstico, atención, estudios, asistencia y acompañamiento.
Cuando se le pregunta qué necesita, dice: “Por ahora nada, esperemos que cuando lo tengan que operar a Julio no se complique nada y que este año sea más tranquilo y no tenga que andar a las corridas como el año pasado”.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión