La carne también aumentó en San Pedro: qué pasará con el asado para las Fiestas Navidad y Fin de Año
A nivel local, el incremento acompaña los porcentajes conocidos en el país. Para antes de las Fiestas, se aguarda otro 15 %. La recesión acrecentó la baja del consumo, pero para esta época las estadísticas se elevan. La carne vacuna sigue al frente de la preferencia de consumidores.
Noviembre se despidió con un aumento próximo al 12 por ciento en la carne vacuna y es posible que antes de las Fiestas de Fin de Año se eleve otro 15 %, de acuerdo a las estimaciones de los protagonistas del mercado.
El tradicional asadito no tendrá el precio de estos días, pero para la idiosincrasia pueblerina difícilmente esté ausente en las parrillas.
Algo similar ocurrirá con el lechón —hoy, entre 6 y 8 mil pesos el kilo; mañana no sabemos— que también cotiza para esta época como si fuesen los campeones de la Rural de Palermo.
Pasaron casi siete meses sin que el precio de la carne tuviera movimientos significativos.
Si en alguna carnicería cobran 10 mil pesos el kilo de nalga para milanesa, no es para asombrarse. Sería el precio lógico teniendo, en cuenta que “la entrega” (provisión de la media res) tiene un valor entre 4.800 y 5.000 pesos el kilo.
Para los carniceros la lógica indica que este precio se debe duplicar al mostrador para cortes como la bola de lomo, cuadrada y la misma nalga, denominadas “las pulpas”.
Existen diferentes alternativas. La oferta es variada y los precios no son los mismos en todos los negocios.
Puede ocurrir que, con la finalidad de mejorar las ventas, haya ofertas relevantes y los precios al consumidor sean menores.
“Esto le da alivio al ganadero, cuyo margen no es el mismo con otros costos de producción, especialmente en la terminación de los novillos. Y a su vez necesita elevar el stock para continuar atendiendo la demanda, que para el registro interno es del 75 % en el país, pese a estar retraída”, dijo un conocido hacendado local a La Opinión.
El consumo de carne en San Pedro no difiere mucho de las estadísticas que la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la Argentina dio a conocer últimamente.
La tendencia se afirma en nuestro distrito: la venta de carne vacuna ha disminuido cerca de un 10 % en comparación al mismo período del año anterior.
La ingesta per cápita es 47,2 kilos por persona al año, el nivel más bajo en 28 años (el promedio histórico es de 72,9 kg)
Indudablemente, la incidencia se debe a la baja del poder adquisitivo de la gente, en un año con una marcada recesión.
De todos modos, la Argentina es uno de los países con mayor consumo, similar a Uruguay y ampliamente superior a países como Estados Unidos (38 kg), Australia (27 kg) y Chile (26 kg)
Pero detrás hay motivos. Uno de ellos son los cambios de hábitos, la elección de cortes de otros animales como el cerdo, que es más barato, o el pollo.
Por otra parte, la preferencia total de las carnes bovina, aviar y porcina en Argentina podría ubicarse en el año 2024, en torno a los 105,7 kg por habitante.
Cada uno consumiría en 2024 siete kilos menos de carnes en comparación al promedio de los últimos diez años, que es de 112,8 kilogramos.
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