La demolición de la casona de Las Heras y Rivadavia provocó debate en las redes de La Opinión y Sin Galera
Al antiguo y distinguido edificio lo demolieron para remplazarlo por una torre de departamentos. La obra está clausurada, pero los controles llegaron tarde: pusieron la faja cuando casi nada quedaba en pie. La polémica se trasladó a las redes de Sin Galera y La Opinión.
La publicación de la demolición de la emblemática casona de Las Heras y Rivadavia fue motivo de un intercambio de opiniones entre los lectores de Sin Galera y La Opinión.
La nota, titulada “Otro atropello al patrimonio edilicio que se clausura después de la demolición”, tuvo diferentes consideraciones y se transformó en un verdadero debate.
Para Carlos, la preocupación pasa por levantar más construcciones en altura en la zona céntrica. “La red de cloacas y agua no están preparadas para edificios. Los servicios en decadencia y ahora con incrementos de impuestos. Basta de pegarle al caballo que más tira”, señaló.
En idéntico sentido lo hizo Lilia: “Cuando se terminen los egoísmos políticos, tal vez ahí se decidan a pensar en la ciudad. Seguramente, ya será tarde y las consecuencias de los servicios colapsados las vamos a sufrir todos, incluyendo a los ineptos y corruptos a los que les venimos pagando sus sueldos desde hace añares”.
Para otros lectores la visión es diferente. Julio sostiene “para qué quieren esas pocilgas, criaderos de ratas, cucarachas y murciélagos donde se necesitan decenas de viviendas. Y si se quedan cortos con los servicios se supone que hay una Dirección de Servicios Públicos que debería ir planificando las ampliaciones necesarias”.
Ezequiel es proclive a que “cada persona debería hacer lo que quiera con su propiedad”, y para Rogelio “al que no le gusta que demuelan, que las compre y el haga historia con las propiedades viejas”.
No faltaron los cuestionamientos hacia determinadas actitudes que rayan con la impunidad. “Si hay plata, todo se puede”, dijo Gabriel, y Paula, con ironía, expresó: “De verdad preguntan cómo hacen para conseguir las habilitaciones de estos proyectos. ¿Es chiste o la pregunta es capciosa?”
Fernando también apuntó con dureza: “Es lo que votaron: desidia. A nadie le interesa. Lo mismo donde está Costé. Ahí hay túneles, es un lugar que no se podía hacer nada, y estos corruptos…”
Por su parte Rubén discutió la clausura después de haber derribado la casa. “Es una risa”, señaló y agregó: ¿Nadie vio nada? Más presencia e inspeccionar mejor. Por esta obra el arquitecto debería ser multado, ya que hay una ordenanza vigente. Una multa millonaria por corromper el patrimonio histórico de nuestra ciudad y una multa millonaria al propietario de la obra. Hay que terminar con los vivos y los que hacen la vista gorda”.
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