La experiencia de Nicolás Schargorodsky en Tokio 2020: “Si estos Juegos Olímpicos se hicieron, es porque eran en Japón”
El entrenador de Francisco Guaragna, que fue 24° en la clase láser, contó que le hicieron un "test de saliva" todos los días para detectar coronavirus y que en el hotel donde estaba alojado tenía restringida la movilidad. En lo deportivo explicó que es un proyecto a largo plazo con el objetivo de que Argentina sea protagonista en Los Ángeles 2028.
Los Juegos Olímpicos Tokio 2020 fueron diferentes a todos los anteriores porque la pandemia de coronavirus obligó su postergación un año y se aplicó un estricto protocolo sanitario para evitar contagios que llevó a los propios protagonistas a no disfrutar como habitualmente. Uno de ellos fue Nicolás Schargorodsky, entrenador de Francisco Guaragna que fue 24° en la clase láser, quien aseguró que el evento se pudo llevar a cabo por el país: “Si estos Juegos Olímpicos se hicieron, es porque eran en Japón. No me lo imaginaba en otro lugar con otra sociedad”.
“Fue muy distinto todo, muy acotado y restringido. Estábamos en un hotel en Enoshima donde sólo podíamos estar en la habitación, pasillos y el comedor. Se veían unas piletas hermosas del hotel 5 estrellas, pero no las podíamos usar aunque en el hotel estábamos sólo los que competían en los juegos”, contó a La Opinión. Y agregó: “Nos teníamos que hacer PCR de saliva todos los días a la mañana, te subían a un bus y te dejaban en la marina donde te movías con más libertad. También teníamos una aplicación que teníamos que completar todas las mañanas antes de salir con las personas que habíamos tenido contacto”.

El sampedrino, que arribó el miércoles y hace cuarentena en su casa, vivió sus terceros Juegos Olímpicos de manera muy distinta a Beijing 2008 cuando viajó a China con Cecilia Carranza y Londres 2012 con Julio Alsogaray: “Nos adaptamos a esta situación, la gente es muy respetuosa de todo. No te queda otra que tomarlo con calma, relajarte y enfocarte en lo que había que hacer cada día”.
Las regatas de vela fueron en Enoshima, a unos 60 kilómetros del centro de Tokio. Como es habitual, quienes participaron de esa disciplina no se alojaron en la Villa Olímpica y vivieron el certamen como un evento singular: “Siempre terminamos los mismos regatistas que nos encontramos todos los eventos, al final somos los mismos pero tiene ese gustito de ser los Juegos Olímpicos. Lo que fue parte de competencia se respetó todo”.
“Estábamos en un hotel donde sólo podíamos estar en la habitación, pasillos y el comedor”
Nicolás Schargorodsky
“A la Villa Olímpica fuimos el último día que teníamos que hacernos el PCR para volver. La organización dispuso un bus para hacer el PCR en el día y volver. Ahí había que andar con tapaboca, respetar la distancia, y en el comedor había acrílicos”, recordó.
Su pupilo, Guaragna, no logró clasificar a la medal race y terminó en el segundo lote de entre 35 embarcaciones. Schargorodsky manifestó que no era prioridad el resultado: “Lo que se buscó, por decisión de la FAY, porque es un proyecto a largo plazo, fue a hacer experiencia. Contento porque hubo regatas que anduvo bien y se pudo reflejar lo que trabajó. Queda mucho por trabajar. La pandemia no fue una excusa para entrenar, lo hicimos los últimos seis meses pero se necesita más tiempo para lograr un resultado. Lo que hizo el coronavirus fue demorar un año todo ese proceso”.

“En la vela los proyectos son a largo plazo para llegar bien a un juego olímpico. Esta vez la vela no sacó medalla pero se lograron tres diplomas olímpicos (N. de R.: Santiago Lange y Carranza en nacra 17; Facundo Olezza en finn y Sol Branz junto a Victoria Travascio en 49er) con barcos que tienen un proyecto de ocho años completados”, explicó el instructor.
Sobre la clase láser, detalló: “En el caso de laser desde que dejó de navegar Julio (Alsogaray) hubo que empezar de cero. La FAY apunta a lograr un resultado en Los Ángeles 2028. Son procesos muy largos. La edad de retiro es más larga que en otros deportes y eso ayuda un montón. Una vez que se logra cierto nivel, se mantiene en el medio. Julio tiene todas las condiciones si quisiera volver, pero no sé si tiene la motivación de hacerlo. Hubo casos como el de Lange que dejó y volvió”.
“Lo que se buscó fue hacer experiencia”
Nicolás Schargorodsky
Nicolás Schargorodsky seguirá como entrenador de la Selección Argentina de láser, proyecto que le asignó la FAY tras guiar al oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud a Dante Cittadini y Teresa Romairone. El objetivo, reiteró, es preparar una embarcación que sea protagonista en los Juegos Olímpicos posteriores a París 2024 que tendrá lugar en Estados Unidos: “Es un proyecto a Los Ángeles 2028 con la clase laser masculina y femenina. A los Juegos Panamericanos, desde que Julio no está fue un timonel (N. de R.: Juan Pablo Bissio) y ahora otro. La idea es hacer un proyecto a largo plazo”.
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