La gesta de Obligado recuperó su historia
La Presidenta de la Nación encabezó el acto por el 165 aniversario de la Batalla de Obligado, en el que inauguró el monumento a los caídos diseñado por Rogelio Polesello. Más de 6.000 personas llegaron a la localidad para presenciar la fiesta, que tuvo un cierre con fuegos artificiales en una jornada para el recuerdo y la reivindicación.
El 20 de noviembre de 2009, cuando inauguraba una muestra sobre la Batalla de Obligado en la Casa Rosada, la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner anunció la creación de un monumento en memoria de los caídos en la gesta histórica que los sampedrinos y militantes recuerdan desde 1974 (año en que Perón instauró el Día de la Soberanía) con concurrencia dispar y un relato histórico confuso que sumió en el silencio de los calendarios oficiales la heroica defensa de la navegación y comercialización sobre el Río Paraná para la Confederación en 1845.
Desde ese día comenzó la expectativa por lo que sería la fiesta del sábado pasado, en la que una multitud llegó al paraje para conmemorar el 165 aniversario de esa batalla, en un acto que contó con la presencia de las más altas autoridades nacionales y provinciales y que formó parte de los festejos del bicentenario de la Patria.
Desde hace meses, cuando el artista elegido para la obra, Rogelio Polesello, llegó a la Reserva Natural de Obligado junto al Secretario de la Presidencia Oscar Parrilli y el Intendente Guacone, comenzó el camino que tuvo su punto máximo cuando los Patricios descubrieron a la vista del público el monumento, que aguardaba cubierto por inmensas banderas argentinas.
Las tareas fueron arduas y a contrarreloj para llegar al Día de la Soberanía Nacional con todo listo y hacer extensivo a todo el país la revalorización de un hito que significó la primera defensa de los intereses nacionales del país luego de las batallas por la Independencia.
El viernes hubo pruebas y el jueves fue la grabación del video documental sobre la batalla junto a la interpretación del Himno por parte del barítono Ernesto Bauer y la banda militar del Regimiento Patricios, que fue transmitido en cadena nacional para todo el país a las 00.00 del sábado, como cada feriado nacional.
Así, el 20 de noviembre, desde las 8.00 de la mañana comenzaron a llegar los que querían formar parte de un acto histórico para la localidad, el partido de San Pedro y el país todo, que siguió en directo por los medios las alternativas de la fiesta.
De riguroso luto por la muerte de su esposo Néstor Kirchner, la Presidenta llegó en helicóptero a Vuelta de Obligado. Antes de aterrizar sobrevoló la zona para saludar por la ventanilla a los presentes, que pudieron apreciarla a través de las pantallas gigantes dispuestas en el lugar.
Tras el breve discurso de bienvenida del Intendente Guacone y la entrega de presentes a la Presidenta –la Estrella Federal en oro y rubíes por parte de Luis Launay, titular de la Comisión Permanente de Homenaje; y un cuadro del artista sampedrino Yoyi Villafuerte en nombre de la Municipalidad–, Cristina ofreció su discurso, en el que recorrió detalles de la gesta, su importancia histórica, la necesidad de revalorizar la fecha y el lugar que ocuparon las mujeres en la contienda bélica.
Ante un gran marco de público, el imponente Monumento de Polesello fue descubierto y luego llegaron los fuegos artificiales que cubrieron el cielo de Vuelta de Obligado, desde las aguas del Paraná, con la Presidenta, el Gobernador Scioli y el resto de las autoridades presentes como testigos privilegiados desde los miradores que ofician de balcones de las barrancas, el espectáculo daba cierre al acto, con los barcos de la Armada sobre el fondo del paisaje natural de uno de los lugares más bellos del Delta.
Antes de retirarse, Cristina Fernández se acercó a las vallas que dividían al público del sector donde se desarrolló el acto y repartió besos y saludos, parada en las propias vallas, con personal de seguridad sosteniéndola por la espalda y los cánticos de la multitud musicalizando la jornada.
Desde muy temprano, las calles de Vuelta de Obligado estaban revolucionadas por lo que sería la jornada en la que el pueblo estaría en la mira de todos. Pasada la curva del acceso, antes de llegar al arroyo Los Cueros, la calle cortada daba paso al camino peatonal que los concurrentes debían recorrer en más de dos kilómetros para llegar hasta la zona de la Reserva, donde tendría lugar el acto.
Al costado del camino, además de los carteles de organizaciones políticas y sociales que saludaban a la Presidenta y daban cuenta de la presencia de sus propios referentes, los pobladores de Obligado tenían sus puestos y abrieron sus negocios para la venta de comidas y bebidas para los visitantes.
Tablones como mostrador, bajo la poca sombra que daban los árboles a la mañana temprano, que presagiaba el día de intenso calor que fue, mujeres, hombres y niños prepararon la parrilla para asar choripanes, llevaron heladeras de camping con gaseosas y exhibieron naranjas sampedrinas.
A las 9.00 de la mañana, una familia que había viajado en el colectivo de línea desde la ciudad tomaba mates frente al monumento de las cadenas, en el Sitio Histórico, a la espera del acto, que comenzaría más de diez horas después.
A esa hora se esperaba la llegada de la Comisión Permanente de Homenaje que, como todos los años, iba a hacer su acto en el lugar. La noche anterior habían nombrado a Cristina Fernández Presidenta Honoraria, a Mario Pacho O’Donnell Vicepresidente, y entregado condecoraciones a funcionarios como Oscar Parrilli y Carlos Zannini.
Pasadas las 11.30, Luis Launay y Daniel Brion daban inicio al acto, tras izar la bandera de la Confederación junto a la Argentina y la Bonaerense. Con un puñado de presentes y sin las autoridades locales, Brion hizo uso de la palabra para recordar la tarea de la Comisión, celebrar el reconocimiento presidencial y narrar cómo lloró de emoción cuando la cadena nacional anunciaba con el Himno el comienzo del feriado nacional por la Batalla de Obligado.
Mientras tanto, en la Reserva Natural, trabajaban para cubrir los 850 eslabones del monumento y la imagen de Juan Manuel de Rosas de más de tres metros con enormes banderas argentinas.
La gente llegaba desde el acceso y caminaba hasta el Sitio Histórico, donde eran desviados por jóvenes contratados por la Municipalidad, quienes cobraron 70 pesos y la comida para realizar esa y otras tareas menores de apoyo, vestidos con remeras blancas con la escarapela del Bicentenario en el frente y la leyenda “Guacone 2011” en la espalda.
Jovenes, adultos, mujeres y niños, con reposeras, heladeras, pelotas, guitarras, gorras y banderas atravesaban el Sitio Histórico, bajaban las escaleras y caminaban por la calle que está frente a la playa rumbo al ingreso a la Reserva, donde cruzaban por la pasarela de cemento frente al Museo y el Centro de Interpretación de Flora y Fauna para llegar hasta el vallado que los separaba de la zona reservada para la prensa y los invitados. Muchos se vieron privados de llegar al lugar por temor a una movilización masiva –hablaron de 100.000 personas- y hasta el Peronismo Federal prefirió resignar su presencia y emitir un comunicado que se sumó a pasacalles sobre el Camino Lucio V. Mansilla. El domingo y el lunes, alrededor de 12.000 personas se animaron a una recorrida más tranquila por el lugar.