El domicilio allanado el lunes por la noche es muy conocido para la policía y la Justicia. En ese lugar sobre Ruta 1001, tiene su negocio y morada un sujeto con frondosos antecedentes en distinto tipo de delitos.

Esta vez, estaba denunciado por su pareja en una causa a la que la prensa no tuvo acceso pero que está caratulada como “Homicidio en grado de tentativa”.

No había denuncias previas pero sin duda la víctima sufría constantes amenazas y atemorizada por haber roto una relación hace dos meses atrás, se negaba a creer en que su expareja concretaría lo que le había anunciado: matarla.

“Fue a mi domicilio después de haber estado todo el día en la isla. Vino con tres tipos más pero él se bajó con un bidón de nafta y empezó a rociarme las ventanas”, dijo la joven que este jueves se comunicó con La Opinión para preguntar por qué nadie se ocupaba de su caso ni había sido publicado el siniestro y un día después el allanamiento que la justicia había ordenado.

“No lo denuncié por miedo hasta que cumplió una de sus amenazas que era prenderme fuego; que si no corría me mataba”, dijo la víctima quien además envió una foto que muestra cómo quedó su vivienda.

Cuando la casa ardió, ella estaba adentro. No quedó nada. Solo pudo salvar su vida.

De inmediato y tras ser asistida logró plasmar en una denuncia la situación que sufría por parte del exconvicto que la contactaba permanentemente para obligarla a retomar la relación. Desde la Comisaría de la Mujer y la Secretaría de Género recibió apoyo, ayuda personal y también le entregaron un botón antipánico ya que tiene temor por el regreso del peligroso sujeto.