La historia de Tomás: de la isla a una jubilación a los 81 años
El 11 de enero obtuvo su primer DNI, ahora espera para marzo la primera jubilación que le llega a los 81 años. "Soy el número uno", dice cuando se refiere a la pesca y la caza.
“Mi deseo ahora es vivir en paz, si por mi fuera sigo viviendo en la isla”, dijo el principal entrevistado del jueves en el programa Radio Cuarentena.
Tomás Alonso ahora “vive en el pueblo”. Como siempre, la geografía que depende del norte desde donde se la mire, su domicilio está en La Tosquera. Ese barrio al que el prejuicio suele darle mala fama por su dimensión y la presencia de algunos delincuentes famosos pero que alberga a muchas familias que en cada inundación debían abandonar la isla. Cuando existíá el ferrocarril los vagones eran el refugio para las familias que luego regresaban al hogar, pero en las útimas décadas cuando el río no perdona el destino es la bajada del Cementerio o Los Cazadores (ese es el nombre real de la famosa tosquera).
Todo indica que este ciudadano argentino, trabajador y habitante entre los límites que marca el partido de San Pedro debería haberse jubilado como casi todo varón a los 65. Tomás ya cumplió 81 y quiso “la suerte” que una de sus hijas se acercara a la oficina del Anses porque el papá tenía un problema de salud y no contaba con obra social. Allí, al advertir que el hombre no tenía ningún tipo de pensión sonó la alarma. Nunca había accedido a tramitar su DNI y mucho menos con la posibilidad de contar con alguno de los beneficios que existen para los abuelos o “adultos mayores”, como se dice actualmente en la nueva academia del lenguaje que quiere incluir pero excluye.
Además de tramitar el documento en la sede del Renaper que está en la sede de las oficinas de Anses, estudiaron el caso para determinar si podría acceder a un haber jubilatorio. Así fue, el 11 de Enero Alonso supo que en poco tiempo cobrará su retroactivo y luego mes a mes su jubilación.

Es hijo de Benjamín y Máxima, nacido en la zona de “Las cinco bocas” y afincado luego en “El Doradito”. “Me enamoré de una chica cerca de cuando tenía 30 años o menos: Nélida Mabel Sánchez” y agrega que con ella criaron tres hijos. Stella Marís, Tomás Alberto y Victoria con quien vive ahora muy cerca de la barranca y con vista a la isla cada mañana.
Se define como “el número uno” porque así le decía Pallavecini, el titular de una de las pescaderías más prósperas de la ciudad. “Yo me dedicaba a la pesca, a la caza de nutrias; era el mejor cazador, y pescador también, era bueno para cualquier cosa, por cantidad, sí señora porque ganaba muy bien con el pescado, sacaba miles de kilos” recuerda de los tiempos en que la depredación no figuraba en la agenda de nadie y los comerciantes cruzaban la laguna para pagar por los cueros de nutria.
Aquí no tiene casa propia pero no renuncia a tener una. En el mes de marzo debería llegar su primer pago y cuando se le pregunta por el momento en que fue más feliz, dice “Básicamente cuando trabajaba y mi deseo ahora es vivir en paz”.
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