La obra de la guardería para botes en el Paseo Público está casi terminada, aunque nunca pasó por el Concejo
A pesar de que la oposición elevó un pedido de informes, que el Gobierno nunca respondió, la contrucción siguió en marcha aun sin los permisos correspondientes. La guardería para botes para la ONG El Ribereño está prácticamente terminada sin que haya sido planteada concesión alguna de ese espacio público.
Hace casi cuatro meses La Opinión reveló una obra en construcción que estaba en marcha en la zona de los baños en desuso del Paseo Público, que luego derivó en un pedido de informes en el Concejo Deliberante porque carecía de autorización y la presunta cesión a una ONG no había pasado por el voto de los concejales, como manda la Ley Orgánica.
El Gobierno nunca respondió el pedido de informes ni elevó proyecto alguno para regularizar la situación de El Ribereño, la escuela de canotaje de Alberto “Tito” Velos para la que se construyó esa edificacion, cuya obra nuca paró y está prácticamente terminada.
Cuando este medio reveló la situación, en a fines de febrero, apenas estaban levantando las paredes. Hoy ya están revocadas, tienen el techo y hasta una puerta con candado que da a entender que la “guardería de botes” planificada para ese lugar ya es un hecho.

Ese día, Tito Velos dijo que tenía “un permiso precario”. El excandidato a concejal y referente de la asociación civil El Ribereño hbaía informado que ese permiso se lo dio la Municipalidad para utilizar el espacio y construir la guardería con recursos provenientes de un subsidio del Gobierno nacional.
“Ya presentamos todo en el Concejo Deliberante par aque se trate cuando vuelvan del receso”, dijo Velos. Los ediles se sorprendieron, porque lo que dijo el profesor de canotaje no es verdad: nunca ingresó proyecto alguno.
En ese momento, el bloque opositor Juntos elevó un pedido de informe porque el Gobierno nunca presentó un pedido de autorización para la cesión de ese espacio a un privado ni para la obra, que amerita un estudio de impacto ambiental, como cualquier construcción en la zona costera.

“Es una cosa muy grave lo que ha sucedido”, dijo entonces la concejala Paola Basso. Tras la aprobación del pedido de informes, el 9 de marzo, en la primera sesión ordinaria, la respuesta del Gobierno —primero con Ramón y luego con Cecilio— nunca llegó.
En el Concejo Deliberante, los ediles del oficialismo dijeron en ese momento, fuera de sesión y en conversaciones en los pasillos, que por lo que sabían estaba en marcha el proyecto para ser presentado y zanjar la situación, puesto que valoraban la tarea de El Ribereño.
Hasta el momento, a casi cuatro meses de la revelación sobre una construcción no autorizada para cederle a un privado un espacio público sin pasar por el Concejo Deliberante y a más de tres meses del pedido de informe no hubo respuestas, proyecto de concesión ni inspección en la obra, que continuó y esta prácticamente terminada.
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